Agencias
Los bombardeos rusos sobre regiones de Siria no parecen estar afectando a Estado Islámico (EI): en realidad, parecen estar ayudándolo. El grupo yihadista realizó ayer un avance relámpago cerca de la ciudad de Alepo, aprovechando la confusión creada por los ataques aéreos rusos en las zonas bajo control de otros grupos rebeldes opositores al presidente Bashar al-Assad.
Paralelamente, el ejército sirio, fortalecido por los ataques de su aliado ruso y de Hezbollah, ha intensificado sus operaciones contra los rebeldes en las regiones del noroeste donde los combatientes de EI no están presentes.
Objetivos. El principal objetivo de Moscú por el momento son los grupos rebeldes hostiles al régimen y el Frente al Nusra, brazo sirio de Al Qaeda. Y pocas veces EI.
Washington y sus aliados critican la intervención en el conflicto hace diez días de Rusia, un aliado de Damasco, al que acusa de socorrer al debilitado presidente sirio en vez de combatir a los yihadistas.
Francia, que atacó por segunda vez a EI en su feudo de Al Raqa, en el noreste de Siria, dijo ayer que “entre el 80 y el 90%” de los bombardeos rusos no van dirigidos contra EI.
Aprovechando los bombardeos rusos, EI avanzó al norte de Alepo tras haber expulsado a grupos rebeldes rivales de varias localidades al norte de la ciudad, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), que habló de decenas de muertos.
“El grupo yihadista se aprovecha de la confusión entre los rebeldes atacados por los rusos en varias provincias. Avanzó sin que ningún bombardeo se lo impidiese”, dijo el director de esta ONG, Rami Abdel Rahman.
Por su parte, EI, que ya controla partes de Irak y Siria, afirmó en un comunicado que está “a las puertas” de Alepo, cerca de la zona industrial de Sheij Najar