El museo del Ejército británico en Londres presenta una exposición que marca la diferencia: Helmand: la Historia de los Soldados, es un intento único de explicar un conflicto que todavía no ha concluido. "Esto es historia futura. No tenemos el benefico de la retrospectiva", dijo Stuart Hallifax, curador de la exposición sobre el conflicto afgano que hoy abre sus puertas al público.
Esta exhibición interactiva muestra la experiencia de las tropas, tal como los soldados la han relatado, grabado y fotografiado los soldados durante los primeros seis meses de su despliegue en el sur de Afganistán, en abril 2006. Más de 150 soldados de la decimosexta brigada de asalto contribuyeron a la exposición, haciéndola posible con relatos orales y escritos, diarios personales, cartas, e-mails y videos.
Al visitante se le ofrece contemplar un video de los bombardeos acompañado de música y entrar en una reconstrucción de un auténtico edifico de arena, a una tienda de campaña, a un socavón de mortero y a un hospital de campaña. Entre los objetos detonados por los soldados figura un juego de backgammon tallado de una madera, tazas hechas con el recipiente de una granada de mortero, piezas de metralla que hirieron a un soldado, entre otros. Antes de abrir fuego contra un escondite talibán se puede escuchar como un soldado pide que se esperen un minuto a que coloque la cámara. Cuando irrumpe el ruido de los disparos y de la explosión, afirma con regocijo: "Dale a eso. Nadie saldrá con vida de aquí". Pero las historias triunfalistas se entremezclan con momentos de temor.
"De repente aquello era el infierno. Las balas venían de todas las direcciones. El corazón casi se me sale del pecho y pensé: 'Eso es. Nunca vas a conseguir salir de aquí'", se escucha en la grabación de cabo Austin mientras patrullaba en Sangin. Durante los seis primeros meses de las operaciones británicas en el sur de Afganistán, donde la intensidad del combate ha sido comparada con la Guerra de Corea a principios de los años 50, se dispararon medio millón de balas. Hallifax, recordando las palabras del ex ministro de defensa británico John Reid, que dijo en 2006 que los soldados iban a regresar a casa sin "que se disparara una bala", argumentó la importancia de explicar al público la "complejidad" de la misión en Afganistán.
"Afganistán iba a ser una misión humanitaria y de reconstruccíón, pero en 2006 los soldados se vieron ante una situación de conflicto inesperada, diferente a la de Irak", agregó. La cobertura periodística del conflicto, centrada básicamente en los muertos en la guerra, "no cuenta toda la historia", apuntó Hallifax.
"Esto es tanto acontecimientos actuales como historia". La pequeña exposición, autorizada por el Ministerio de Defensa, se realiza en unos momentos de debate público por "la sobrecarga" del Ejército británico en Irak y Afganistán, así como las críticas de una supuesta falta de equipos o de retraso en la atención a los heridos. Hasta la fecha han muerto 68 soldados británicos en Afganistán. Con la cifra de muertes aumentando casi a diario, al visitante se le recuerda además el efecto psicológico de la guerra. "Tras el entorno extremo e intenso en Afganistán, sólo regresar a casa puede ser duro para los afectados", se afirma a la salida de la muestra.