El “Sí, quiero” de la reina de Holanda Máxima Zorreguieta el 2 de febrero de 2002 al rey Guillermo Alejandro estuvo acompañado de una serie de renuncias dignas de un protocolo enmohecido. La integrante más querida de la Casa de Orange soló se mantuvo férrea en un tema: la religión.
Así fue que Máxima pidió conservar su religión católica cuando contrajo matrimonio con el rey. El propio Guillermo afirmó en una entrevista al semanario danés Billed Bladet: "Es cierto que los Orange somos originariamente protestantes, pero en la actualidad la religión en mi país es una cuestión estrictamente privada que nada tiene que ver con el Estado. Cuando mi esposa decidió seguir siendo católica no fue ningún problema”, indicó.
Y enseguida defendió la decisión de su mujer: “Convertirte a otra religión por obligación no sería honesto", indicó.
En tanto, el rey también hizo referencia al educación que reciben sus pequeñas hijas y afirmó que para el matrimonio “es esencial que nuestras hijas lleven una vida todo lo normal posible". En tanto, habló sobre las charlas con sus hijas concientizándolas de la responsabilidad que supone ser princesas y lo que esperan de ellas: “Es importante conocerte a vos mismo antes de desempeñar una función pública. Si no has tenido la oportunidad de desarrollarte como ser humano, de cometer errores, después serás incapaz de ejercer tu responsabilidad de forma óptima", señaló.