INTERNACIONAL
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Históricas, pero sin marketing

Las elecciones presidenciales en el Paraguay no tienen nada que envidiarle a la puja por llegar a la Casa Blanca en los Estados Unidos.

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Un candidato carismático que llegó como un outsider y trepó en las encuestas a fuerza de promesas de cambio. Una mujer con dilatada experiencia política que forma parte del establishment, pero se presenta como algo nuevo. Y un ex militar muy popular que propone orden interno para que su país recupere la dignidad externa. A no confundirse: no se trata de Paraguay, sino de los Estados Unidos. Cualquier semejanza entre el histórico proceso eleccionario que vive Paraguay y la emocionante campaña electoral que conmociona a los Estados Unidos, no es pura coincidencia: ambos países atraviesan un momento bisagra que terminará produciendo, gane quién gane, una situación impensada hasta hace poco tiempo.

Y aunque es entendible que los debates y las encuestas protagonizadas por Barack Obama, Hillary Clinton y John McCain tengan mayor repercusión, porque alguno de ellos se convertirá en el hombre o la mujer más poderosa del planeta cuando ingrese a la Casa Blanca, no hay nada que haga de aquella elección algo más apasionante que la que hoy concluye en Paraguay.

Sobre todo, si se recuerda que el ex obispo Fernando Lugo renunció al sacerdocio para ingresar a la política, que la ex ministra Blanca Ovelar es la primera paraguaya con posibilidades serias de convertirse en presidenta y que el ex militar Lino Oviedo salió de la cárcel para buscar en las urnas lo que no consiguió con golpes de Estado. Está dicho: éstas elecciones también son históricas, pero tienen menos marketing.

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