Para el pueblo de Honduras el día de ayer fue doblemente positivo. Mientras Mel Zelaya en la embajada del Brasil festejaba que Honduras se clasificaba al mundial de Sudáfrica (los locales le ganaron a El Salvador por la noche), seguramente en su mente giraba la decisión de aceptar un borrador del acuerdo final que le habían acercado antes del partido. El presunto arreglo incluiría algunas propuestas que su equipo de colaboradores viene negociando con el gobierno de “facto” de Roberto Micheletti durante la semana que pasó y que incluiría la vuelta del derrocado presidente al poder, al menos simbólicamente.
Según informaban varias agencias noticiosas desde Tegucigalpa, los negociadores de ambas partes habían llegado hoy miércoles a un entendimiento final para superar la crisis política que ya lleva casi cuatro meses y que ha tenido efectos importantes en la vida diaria y en la situación económica del país centroamericano.
Si bien las partes no han querido dar detalles a la prensa de lo negociado -esperando un sí de sus máximos jefes políticos- ya comenzaban a elucubrarse algunas alternativas. Por un lado hubo una versión que decía que Zelaya asumiría inmediatamente luego de las elecciones del 29 de noviembre, o sea que estaría casi 6 a 7 semanas a cargo del país. En Washington algunos representantes ante la OEA mencionaron en la sesión ordinaria del Consejo Permanente que Zelaya solo asumiría con una mínima antelación a la transmisión del mando que se va a realizar en enero. Pero también se debe recordar que entre noviembre y enero están las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y es posible que ante tal situación, Honduras viva un período de transición bajo supervisión del Episcopado, el Congreso y la Corte Suprema. Será un período donde habrá un candidato finalmente elegido en las urnas, que tanto Zelaya como Micheletti tendrán que respetar, pues ambos dejarán sus cargos de todas formas.
Micheletti ha aclarado ayer que la vuelta de Zelaya es un asunto legal que debe ser analizado por la Corte Suprema de Justicia, que según él, tendría las facultades para tomar esa determinación. Micheletti aun pretende una acordada legal para la reasunción de Zelaya.
Pero seguramente será necesario, tal cual creen los “Zelayistas” que el Congreso también deba participar para aprobar una ley general de amnistía que tenga carácter abarcativo tanto para los que tomaron el poder por la fuerza como para los que, según entienden los golpistas, violaron la ley pretendiendo realizar una consulta popular para modificar la Constitución en su favor.
De todas formas ambos equipos negociadores deben lograr aun el visto bueno tanto de Micheletti como de Zelaya, para la firma del acuerdo provisional que ambas partes estuvieron desarrollando en el mismo hotel donde se hospedó la misión de la OEA.
Justamente en la OEA se mencionaba que gracias a la intervención del organismo, ya sea con los viajes del Secretario Miguel Insulza y en especial la última visita junto a la comisión de Cancilleres, Honduras entró en un período de diálogo y reflexión que culminó durante esta semana en negociaciones directas entre las partes sin un mediador presente.
El clima de tensión en Tegucigalpa que tanto mantuvo en vilo al mundo durante las últimas semanas parecía por primera vez dejar paso ahora a una etapa de “consenso”. Al respecto el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, pronosticaba ayer que de resolverse la situación prontamente, Honduras sería reaceptada como miembro pleno y una comisión viajaría a supervisar las futuras elecciones.
(*) Especial para Perfil.com