La oposición organiza hoy un plebiscito simbólico contra el presidente Nicolás Maduro y su proyecto de Asamblea Nacional Constituyente, con el que pretende exhibir que la mayoría de los venezolanos rechaza la convocatoria, calificada como inconstitucional por la fiscal general Luisa Ortega Díaz y el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Millones de personas acudirán a los dos mil centros de votación, que albergarán 14 mil mesas, además de 500 puntos en el exterior. Con esta iniciativa, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) pretende movilizar a más electores que los que el gobierno convocó para el próximo domingo, cuando se elijan a los constituyentes.
Sin embargo, el plebiscito no es vinculante y fue tachado como ilegal por Maduro, ya que no fue convocado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo. Los opositores confían en que la consulta “mostrará al mundo” que la mayoría se opone a la iniciativa de Maduro para reformar la Constitución y la considera un “fraude” para amarrarlo al poder.
“Ya está todo listo. El país no solo rechazará la Constituyente, dará un mandato que es exigir el cambio de régimen, la salida de la dictadura y el inicio de la transición con un gobierno de unión nacional”, dijo a la AFP la dirigente María Corina Machado.
Según la encuestadora Datanálisis, 70% de los venezolanos rechaza la jugada de Maduro. “Se espera un 62% de participación, podemos llegar a 11 millones de personas”, afirmó el líder opositor Henrique Capriles, citando cifras de esa firma. Otro sondeo, difundido por Datincorp y con una muestra de 1.199 encuestados, reveló que un 10% de los electores chavistas y un 84% de los opositores acudirán a votar.
La MUD sostiene que tras el plebiscito se activará la “hora cero”, la fase decisiva de las protestas para que Maduro deje el poder. En la consulta, los ciudadanos responderán tres preguntas, entre ellas si rechazan la Constituyente, si desean que el Parlamento inicie un proceso de renovación de los poderes públicos -lo que Maduro denuncia como un intento por instalar un “Estado paralelo”-, y si demandan a las Fuerzas Armadas obedecer y defender la Constitución y respaldar las decisiones de la Asamblea Nacional.
Los venezolanos residentes en la Argentina votarán en cinco centros en Buenos Aires -Palermo, Abasto, las Cañitas, Paseo La Plaza-, y otros puntos diseminados en la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Jujuy, Chubut y Tierra del Fuego.
Chavistas. En paralelo al plebiscito, el CNE realizará un simulacro de la votación de la Constituyente, cuyos 545 asambleístas serán elegidos el 30 de julio. “Ese día se define el destino de Venezuela. Vamos a la Constituyente para salvar a la patria”, afirmó Maduro, cuya gestión rechazan siete de cada diez venezolanos en medio de la devastación económica.
El plebiscito se realizará en medio de una ola de protestas opositoras que lleva tres meses y medio y dejó al menos 95 muertos. Las manifestaciones exigen la salida de Maduro del poder mediante elecciones generales y rechazan la Constituyente, que según el mandatario socialista es la “única vía” para restablecer la paz y reactivar la economía,
Apoyo internacional. Cinco ex presidentes de la región llegaron ayer para observar el prebiscito, junto con diputados y expertos electorales de varios países. El colombiano Andrés Pastrana, el boliviano Jorge Quiroga, el mexicano Vicente Fox y los costarricenses Miguel Ángel Rodríguez y Laura Chinchilla fueron recibidos por Machado en el aeropuerto de Maiquetía. “El pueblo venezolano decide cuál será su futuro, si habrá o no Constituyente. Venimos a verificar ese proceso”, dijo Pastrana. El plebiscito será la “hora cero” para la oposición.