Poco a poco, Turquía comienza a descorrer el velo sobre la autoría de la masacre del aeropuerto de Ataturk, en Estambul. Según anunciaron ayer las autoridades, dos de los atacantes son Rakim Bulgarov y Vadim Osmanov, provenientes del Cáucaso, mientras que el restante aún no fue identificado. Los tres kamikazes, filmados el martes por cámaras de vigilancia, podrían haber perpetrado una matanza aún mayor ya que planeaban tomar como rehenes a decenas de viajeros antes de hacerse estallar, informó ayer la prensa turca.
En las imágenes, los tres hombres están vestidos con camperas de color oscuro y, dos de ellos, ataviados con gorras de béisbol. Los abultados abrigos alertaron a la policía, que los interceptó en el hall del aeropuerto, segundos antes de que detonaran los explosivos. Pese a no evitar el ataque, las autoridades lograron frustrar el plan original de los terroristas: secuestrar a cientos de pasajeros y sus familias dentro de la terminal aérea.
Tres días después del triple atentado suicida que dejó 44 muertos y más de 260 heridos, el ataque –el cuarto y el más sangriento en Estambul en lo que va del año– no había sido aún reivindicado por Estado Islámico (EI), aunque las investigaciones apuntaban a ese grupo yihadista. Entre las pistas que manejaban las autoridades se encontraba el presunto autor intelectual del atentado: un extremista checheno llamado Akhmed Chatayev, vinculado al califato. Según reveló ayer Michael McCaul, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el lugarteniente de Estado Islámico sería el cerebro que planeó el golpe al aeropuerto de Ataturk, uno de los más grandes del mundo.
Medios turcos y suecos también identificaron a Chatayev como el autor intelectual, a pesar de que las autoridades turcas no confirmaron su participación. El diario Sabah, cercano al gobierno, informó que la policía comenzó una cacería para atraparlo.
En el marco de la investigación, la policía arrestó a 24 personas en Estambul, trece de ellas el jueves y once ayer. De los detenidos, quince son extranjeros. En tanto, las autoridades informaron que los kamikazes eran un ruso, un uzbeko y un kirguís.
Las ex repúblicas soviéticas de Asia central forman parte de los mayores semilleros de yihadistas en Siria y en Irak.Más de 7 mil ciudadanos de Rusia y de los ex satélites soviéticos combaten en el seno de Estado Islámico (EI), según denunció en octubre el presidente ruso Vladimir Putin.
Turquía. En el último año, más de 250 personas murieron en atentados en ese país. Estado Islámico golpeó al menos cuatro veces, luego de que el gobierno turco decidiera bombardear Siria. Antes de declarar a Turquía su blanco predilecto, el califato utilizaba ese país como base de operaciones para captar y enviar yihadistas a Siria, comprar armas y vender petróleo en el mercado negro. Por ese entonces, Ankara era denunciada por la prensa internacional por los laxos controles de sus fuerzas de seguridad a los yihadistas que pasaban por su territorio. La oposición turca, en tanto, denunció que el presidente Recep Tayyip Erdogan enviaba camiones con armas al califato.
Tras el endurecimiento de Ankara, Turquía pasó a ser la víctima predilecta de Estado Islámico.