El impresionante derrame de seis mil barriles de petróleo en la costa norte de Lima, capital de Perú, ha provocado un panorama ambiental devastador: playas negras, animales muertos y una contaminación que crece a gran escala son el resultado de uno de los desastres ambientales más grandes de Perú en mucho tiempo.
La perdida de trabajo de miles de trabajadores pesqueros de la costa norte hizo que exijan una reparación por las perdidas irreparables y que algunos pescadores protesten en las inmediaciones de la refinería de la empresa Repsol, responsable del desastre ambiental. “La contaminación ha creado un caos terrible. Esto ha creado una paralización total”, señala uno de los pescadores.
Equipos de voluntarios caminaron por el lugar cubierto de petróleo para realizar tareas de limpieza y salvar a los animales en agonía. Piden apoyo debido a la falta de equipamiento debido y eriesgo de contaminarse. “Estamos nosotros mismos costeando nuestros trajes, nuestros guantes, nuestras botas”, afirmaba uno de los rescatistas, mientras que otros terminaron con las manos pegajosas y “con tos”.
Entre los daños provocados, se encuentran varias playas y el mar pintados de negro por el petróleo, la muerte de varios animales, la contaminación de al menos dos reservas naturales y perdidas para los pescadores artesanales de las zonas aledañas.
El hecho ocurrió el sábado pasado en Ventanilla, distrito de la provincia El Callao, durante el descargue del buque tanque "Mare Dorium", perteneciente a la empresa española Repsol. El derrame se produjo cuando las grandes olas provocadas por la erupción del volcán de la isla de Tonga chocaron contra la embarcación y generaron el vuelco del petróleo, impactando de lleno contra el agua y las playas cercanas.
A raíz del hecho, Repsol podría ser multada por casi 35 millones de dólares según informó el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) del Ministerio del Ambiente peruano. También sostuvieron irregularidades en la comunicación del derrame de petróleo reportado por la empresa petrolera, alegando una cantidad menor a la encontrada. Por su parte, la gerente de Comunicación y Relaciones Institucionales en Repsol Perú, Tine van den Wall Bake Rodríguez, sostuvo que “no ocasionamos el daño ecológico”.
Petróleo en la Costa Atlántica: un dilema de política ambiental
De acuerdo con autoridades ambientales locales, el desastre llevara varios años en solucionarse. “La recuperación de la naturaleza va a tomar años, esta es un área natural protegida, estaríamos hablando de diez o veinte años, en que este ecosistema vuelva a ser lo que ha sido, pero primero se tiene que ver el retiro de todo el petróleo”, señala David Huamán, del Servicio Forestal y de Fauna Silvestre. Desde la ONU confirmaron el envio de un equipo de expertos en desastres para monitorear la situación.
Pedro Castillo: "Estamos ante uno de los ecocidios más grandes"
El presidente de Perú, Pedro Castillo, aseguró que el Estado realizara acciones "urgentes" y "graves" para sancionar a los responsables del desastre ambiental y lo definió como "uno de los ecocidios más grandes”.
"Estamos ante uno de los ecocidios más grandes que se han suscitado en nuestras costas y mar. El Gobierno asume el rol de sancionar a los responsables del daño que afecta trágicamente a la flora, fauna y a las comunidades puestas en peligro y privadas de su sustento cotidiano", expresó Castillo.
El día jueves, el mandatario peruano en la zona del derrame y firmó una ley para combatir las consecuencias del cambio climático. Ante las protestas de la población exigiendo sanciones para la empresa Repsol, el presidente aseguró que espera que la empresa tome responsabilidades y dispuso “las acciones penales, civiles y administrativas, a fin de cautelar la soberanía y bienestar del país".
“Aquí no podemos rehuir las responsabilidades, se trata de asumirlas, en ese caso de la empresa causante del desastre ecológico”, aseguró Castillo.
NM/CP