Unos 5.000 seguidores del presidente ecuatoriano Rafael Correa obligaron a desalojar ayer el Congreso de ese país, en el primer día de movilizaciones en favor de la consulta sobre una Asamblea Constituyente. Durante la marcha, hubo incidentes con la Policía y los diputados tuvieron que salir por una puerta trasera.
Los manifestantes llegaron hasta la sede del Congreso de manera pacífica, pero su protesta fue subiendo de tono e intentaron romper el cerco policial, momento en que una reportera gráfica fue herida en el rostro por el impacto de un objeto contundente. Otros cinco heridos fueron reportados por los manifestantes, sin confirmación oficial.
Los manifestantes cercaron la sede del Legislativo -que tiene en sus manos el futuro del plebiscito- hasta obligar a los diputados a salir por la parte trasera.
"A partir de hoy entramos en un proceso de movilización hasta que el Congreso respete la voluntad de cambio de los ecuatorianos" y haga viable la consulta, dijo César Rodríguez, directivo de Alianza País, movimiento con el que Rafael Correa ganó la presidencia.
El mandatario ecuatoriano condenó los disturbios, aunque culpó a los legisladores de ello por oponerse a su consulta sobre una Asamblea Constituyente.
La responsabilidad última de esta situación corresponde a los magistrados del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y a los parlamentarios "por su actuación en contra de la voluntad" ciudadana sobre la Constituyente para redactar una nueva Carta Magna, indicó Correa en un comunicado.
Las protestas reunieron a organizaciones civiles, grupos políticos de izquierda, sindicatos y estudiantes, que corearon insultos contra los diputados que examinaban la viabilidad de la consulta.
Previamente, los manifestantes se enfrentaron con simpatizantes del ex presidente Lucio Gutiérrez -en la oposición-, que intentaron sumarse a la marcha para respaldar la Constituyente.
Diputados opositores acusaron a Correa de alentar los desórdenes, tildándolo de "dictador", y dijeron que pretende copiar el modelo "autoritario" de su amigo, el mandatario venezolano Hugo Chávez.
"Fue una violación terrible, estamos viviendo una dictadura. Correa quiere imitar al pie de la letra a Chávez, replicar su esquema autoritario", dijo Luis Tapia, jefe de la bancada del Partido Sociedad Patriótica (PSP), segunda fuerza política liderada por Gutiérrez.
Mientras, los indígenas -que propiciaron la caída de dos presidentes en la última década- preparan un cronograma de actividades para presionar en favor de la aprobación del plebiscito, convocado para el 18 de marzo, dijo Humberto Cholango, líder de la Confederación de los Pueblos de Nacionalidad Kichua.
Este último y otros 33 grupos cívicos apoyan la redacción de una nueva Carta Magna.
Las marchas comenzaron una semana después que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) dejara la convocatoria de la consulta en manos del Congreso pese al rechazo de Correa -en el poder desde hace 15 días- a que fuera avalada por ese órgano, formado por una mayoría opositora que respalda la Asamblea sólo bajo sus propias condiciones.
Fuentes: AFP y DPA