INTERNACIONAL
Palabra de mujer

Ingrid se cortará el pelo cuando liberen al último rehén

La ex candidata presidencial dijo que mantuvo durante los años de cautiverio el pelo largo como una prueba visual del tiempo transcurrido. Sus reflexiones a una semana de recobrar la libertad.

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| AFP

La rescatada rehén de la guerrilla colombiana de las FARC, Ingrid Betancourt, sólo se cortará el cabello cuando el último de sus compañeros de cautiverio recobre la libertad, prometió en una entrevista difundida ayer a la noche por el privado canal de televisión Caracol.

"No me voy a cortar el pelo sino el día que el último secuestrado de mis compañeros llegue a casa", dijo Betancourt desde la habitación del hotel en el que se encuentra en París, a donde viajó el viernes tras ser recatada junto a tres estadounidenses y once militares y policías colombianos.

Los quince rehenes rescatados hacían parte de un grupo de al menos 39 secuestrados -entre civiles y uniformados- que las FARC ha propuesto canjear por unos 500 guerrilleros presos, incluidos tres en Estados Unidos. La ex candidata presidencial colombiana, quien también tiene nacionalidad francesa por su primer marido y padre de sus dos hijos, dijo que mantendrá esa promesa pese a que actualmente el cabello le llega a la altura de la cintura. "No es un pelo cómodo. Es complicado de mantener, me obliga a hacerme trenzas porque no es agradable tenerlo suelto, pero así estuve durante todos estos años porque quería que fuera como una prueba visual del tiempo pasado en la selva", añadió.

Betancourt, de 46 años, permaneció 6 años, 4 meses y 9 días en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que la mantuvieron en lo profundo de la selva en condiciones infrahumanas y degradantes, según denunció. "Cada centímetro de este pelo que crecía era meses de cautiverio", indicó.

Betancourt además dijo que pese a que ya va a cumplir una semana de haber recobrado la libertad, aún sigue despertándose en la madrugada a rezar el rosario. Sin embargo, afirmó "haber estado tranquila", y aseguró haber dejado en la selva los horrores del secuestro. "Después de la euforia (por saberse libres), yo miré por la ventanilla del helicóptero esa selva densa, pensé: allá tienen que quedar todos los horrores que vivimos, no quiero traerme para acá todo eso. Lo feo que pasó allá se quedó", dijo. Agradeció nuevamente a los militares y policías que compartieron con ella años de cautiverio, porque dijo: ellos "fueron mi familia y me protegieron mucho". Reconoció que pasó situaciones difíciles por el hecho de ser la única mujer entre el grupo de rehenes. "Hay ciertas miradas de los hombres que para uno son ofensivas, entonces claro, cuando uno está en un medio donde hay muchas mujeres y donde uno no es un objeto, pues no se uno como (...), pero a mí me tocó ser la única mujer en un grupo de hombres, entonces había momentos, se presentaron, pero bueno, digamos que había que asumirlos", indicó evitando entrar en detalles, aunque admitió que se presentaron dos casos "un poquito difíciles".

Respeto a la readaptación con su familia, especialmente sus dos hijos, Melanie y Lorenzo, dijo que ha sido fácil a pesar de que los dejó siendo niños y ahora ya son mayores y "toman sus propias decisiones". "La relación que teníamos antes la he podido volver a encontrar intacta", puntualizó. Finalmente manifestó el deseo de "ponerse al día" en sus cosas personales, tras señalar que no ha tenido problemas de salud pese a que "he tomado vino y he comido cosas ricas pero pesadas", narró.


Fuente: AFP