Teherán - Después de que el Consejo de Seguridad determinara sancionar a Irán por su producción de enriquecimiento de uranio, el gobierno iraní manifestó que podría utilizar al petróleo como “instrumento político”, al advertir que estaría en condiciones de “impedir” todas las exportaciones de crudo procedentes del Golfo Pérsico.
Esta declaraciones fueron realizadas por el ministro de Petróleo iraní, Kazem Vaziri-Hamaneh, quien además aseguró que en febrero próximo estarán en condiciones de operar 3.000 centrifugadores para el enriquecimiento de uranio, según informó la agencia DPA.
Por otro lado, el Parlamento iraní además anunció el domingo pasado que sancionaría una ley que obligue al gobierno a revisar, e incluso suspender la cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en señal de protesta contra la resolución de Naciones Unidas.
Energía nuclear. A su vez, el gobierno iraní anunció que en febrero iniciará la primera etapa de producción de combustible nuclear. Según el viceministro de Relaciones Exteriores, Mehdi Mostafavi, la medida busca satisfacer las “necesidades industriales” del país.
Respecto a la fecha en que comenzarán a funcionar las nuevas máquinas, Mohamed Saidi, vicepresidente de la Organización Iraní de la Energía Atómica (OIEA), dijo que "tendrá lugar según el programa anunciado por la Agencia Internacional de Energía Atómica", aunque luego aclaró que “no necesita la autorización” del organismo.
El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el sábado una nueva resolución que impone sanciones al programa nuclear y balístico de Irán tras su negativa a suspender el enriquecimiento de uranio antes del 31 de agosto pasado, como había pedido una resolución precedente.
En las últimas semanas, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, declaró varias veces que Irán iba a organizar en febrero "la gran fiesta de la nuclearización del país", además de calificar a la resolución de la ONU como “un simple trozo de papel” que no detendrá el desarrollo del programa nuclear.
Ahmadinejad afirmó que su país quería aumentar su nivel de enriquecimiento de uranio a un nivel industrial para permitirle producir combustibles nucleares, mientras Washington sospecha que Teherán fabrica secretamente armas atómicas.