En el Departamento de Estado ayer se reunieron Hillary Clinton y el canciller alemán Guido Westerwelle. Una reunión donde enfáticamente ambos le dieron un ultimátum a Irán y donde Alemania claramente fijó su postura sobre la crisis europea.
“Si el gobierno de Irán sigue violando sus obligaciones internacionales en lo que hace a la transparencia de su programa nuclear, no tendremos otra alternativa que cortarles todo el acceso financiero internacional” expresaron ambos funcionarios.
La Unión Europea podría votar la semana entrante una nueva batería de sanciones contra la nación persa, incluyendo una medida de embargo de fondos y anulación de las compras de petróleo procedente de Irán, medidas que por supuesto ahogarían aún más al régimen. Aún falta que China e India se sumen a la medida, y si lo hacen, Irán quedaría totalmente aislado. Pero aún falta bastante para llegar a esa etapa.
“No podemos aceptar un Irán nuclear” dijo el canciller alemán. “No sólo es por la protección de Israel. Se trata de un balance de fuerzas en la región” afirmó Westerwelle. Los analistas internacionales creen que Europa y EE.UU. se están jugando los últimos cartuchos antes de entrar en un conflicto abierto militar.
Pero Clinton aún quiso dejar una opción al diálogo. “Irán puede volver a la mesa de negociaciones tal cual como constantemente se lo decimos claramente. Pero no queremos una reunión sin sentido, sólo para la foto. Tiene que haber un intercambio substancial y serio” dijo la Secretaria de Estado.
En la reunión también se habló de Europa y la deuda. “Sabemos que Alemania juega un importante papel en la vitalidad de los mercados económicos y financieros europeos. Hay mucho trabajo por delante aún” dijo Clinton.
Por su parte el alemán fue mucho más allá: “Señores periodistas, necesito que entiendan nuestro punto de vista. Se los pido crucialmente. Alemania está siendo solidario pero a la vez pide reformas estructurales. No podemos endeudarnos todos más. Hemos puesto en la mesa 200 mil millones de Euros. Si comparamos esto con la economía de EE.UU. sería –en la escala de Alemania-, un trillón” afirmó el canciller germano. “Pero por favor entiendan lo que pedimos. Si ponemos el dinero y si no pedimos cambios estructurales no vamos a solucionar la crisis. Tenemos que mejorar la competitividad de Europa. Alemania hizo estos cambios en los últimos diez años. Sólo eso les pedimos a los países con los cuales colaboramos”, repitió enfáticamente.
Ambos cancilleres también aprovecharon la oportunidad para referirse al conflicto en Afganistán y saludar a Francia, ante la muerte de varios soldados franceses días pasados en el conflicto. “Sabemos que esto es tremendo. Pero es necesario continuar en Afganistán para proteger nuestra propia seguridad, nuestra libertad y nuestra forma de vida en Occidente. No puede ser Afganistán un paraíso para terroristas, nunca jamás” dijo el hombre de la diplomacia alemana.
(*) Especial para Perfil.com