El pelo colorado no deja dudas: Joe III es un Kennedy de pura cepa. A los 33 años, el sobrino nieto de JFK carga con un peso sobre sus espaldas: es el único miembro del clan que conserva un espacio de poder en Washington. En enero fue electo para la Cámara de Representantes por Massachusetts, histórico feudo de la gran familia demócrata, y se convirtió en la última esperanza de la dinastía “Camelot”.
Joseph Patrick Kennedy III es nieto de Bobby, el hermano de JFK que corrió la misma suerte trágica que el ex presidente. Su padre, Joseph Patrick II, también fue representante por Massachusetts entre 1987 y 1999.
El mandato del joven Joe es reinsertar el apellido en las grandes ligas de la política estadounidense. Está solo en esa tarea: los demás integrantes de la cuarta generación de los Kennedy no muestran ninguna vocación por la función pública. Apenas lo acompaña su tía segunda, Caroline, hija de JFK, quien acaba de asumir como embajadora en Japón.
Licenciado en Derecho por Harvard y Stanford, heredó de JFK su pasión por el deporte: fue arquero y capitán del equipo universitario de Lacrosse. Antes de llegar al Capitolio, entre 2004 y 2006, se radicó en República Dominicana como miembro voluntario de los Cuerpos de Paz. Al regresar, trabajó activamente en la campaña para la reelección de su tío abuelo Ted, el veterano senador.
“Nos sumamos a esta lucha porque creemos en la sencilla idea estadounidense de que el trabajo duro tiene recompensa, que cada uno merece la oportunidad de tener éxito”, declaró el día en el que asumió su banca. Ganó en su distrito con el 60% de los votos. En la campaña corrió con la ventaja de su apellido y con el apoyo económico familiar.
Joe III dice haber dedicado su carrera a la idea de que “todo estadounidense merece ser tratado con justicia, por sí mismo y por su gobierno”. En esa dirección, patrocinó la derogación total de la Ley de Defensa del Matrimonio aprobada por Bill Clinton, que definía el matrimonio a escala federal como una unión legal entre un hombre y una mujer, y que este año fue declarada anticonstitucional.
“JFK me inspira por lo que representa”, confesó Joe recientemente en una entrevista. El joven Kennedy recibió la antorcha familiar, y su misión es procurar que no se apague, como tantas veces ocurrió en la trágica historia del clan demócrata.