AFP
Bruselas
Los líderes europeos ignoraron las advertencias de David Cameron, el primer ministro británico –que amenazó con que Londres podría abandonar el espacio común–, y confirmaron ayer como nuevo presidente de la Comisión, el gobierno de la UE, al luxemburgués Jean-Claude Juncker. “Este es un mal día para Europa”, dijo Cameron luego de que, por voto mayoritario, y rompiendo una tradición de décadas de elegir por consenso al titular de la Comisión, 26 de los 28 países del bloque votaran por Juncker. Sólo se opusieron Gran Bretaña y Hungría. “A veces hay que perder una batalla para ganar la guerra”, dijo Cameron, que insistió en que Juncker es “la persona inadecuada” para conducir el bloque de 500 millones de habitantes.
Acosado tanto por los legisladores euroescépticos de su Partido Conservador, como por el UKIP, el partido independentista que propugna retirarse de la UE y que fue uno de los más votados en su país en las elecciones parlamentarias europeas de mayo, Cameron cree que Juncker, firme defensor del euro, no es la persona adecuada para este momento y que su designación le dificulta la tarea de promocionar en su país los beneficios de pertenecer a la unión continental.
“La tarea se complica. Todo este proceso sencillamente ha reforzado mi convicción de que Europa necesita cambiar”, afirmó.
Líderes europeos tomaron con calma las amenazas de Cameron: “Una nación que canaliza la mitad de sus exportaciones a naciones de la UE no debería flirtear a la ligera con la posibilidad de abandonar el bloque. Creo que en el Reino Unido algunas personas deberían despertar a la realidad: la Unión Europea es algo muy positivo para el Reino Unido”, sentenció el primer ministro de Finlandia, Alexander Stubb.
Juncker, de 59 años, debe ser confirmado por el Parlamento Europeo antes de sustituir, el 1º de noviembre, a José Manuel Barroso. El nuevo titular de la Comisión gobernó Luxemburgo por casi dos décadas, desempeñó un papel crucial para afianzar el euro y dirigió a los ministros de Finanzas que gobiernan la moneda de 18 naciones a través de la crisis financiera que amenazó la supervivencia de la divisa común.