Las fuerzas libias que respaldan a Muammar Kadafi tomaron la ciudad de Brega, una terminal petrolera, y avanzan sobre los grupos rebeldes en Bengasi, por lo cual uno de los hijos del coronel manifestó que tienen dominio en el 90 por ciento del país.
Los bombardeos por cielo y tierra de las tropas de Kadafi cayeron también en Agheila, este del país entre Ras Lanuf y Brega, informó la cadena Al Jazeera.
Mientras en Tobruk la bandera verde fue izada hoy en cuatro barrios por fuerzas que respaldan al régimen que, según fuentes locales, puede disponer un ataque para cortar las vías de aprovisionamiento de los rebeldes y avanzar luego sobre Bengasi.
El portavoz de las fuerzas armadas, Milad Hussein Al Foghi, dijo que el objetivo inmediato es arribar a los accesos a Ajdabiya, a 250 kilómetros de Bengasi, donde fue constituido el Consejo Nacional de la oposición.
"La ciudad y toda el área están bajo nuestro control", dijo en declaraciones a ANSA un responsable del gobierno libio, y aseguró que en las operaciones militares participaron "las fuerzas armadas y tribus locales".
Los grupos rebeldes se replegaron desde Brega a Ajdabiya, unos 70 kilómetros al norte y última posición antes de Bengasi, que está ubicada a 250 kilómetros.
"Ajdabiya es una ciudad vital y será defendida", aseguró el general Yunis, admitiendo implícitamente que Brega, a 240 km al suroeste de Bengasi, había caído en manos de las fuerzas del coronel Muammar Kadafi.
Las fuerzas leales a Kadafi están avanzando desde hace varios días, desalojando a los rebeldes a fuerza de artillería pesada y bombardeos, de las ciudades de Sirte, Ben Jawad y Ras Lanuf, 400 kilómetros al sudoeste de Bengasi, sede de uno de las principales refinerías del país, y hacia el oeste.
La zona que controlan los rebeldes, donde el sábado fue asesinado un reportero de Al Jazeera, afronta un contexto caótico y los medios de prensa extranjeros están evacuando a su personal.
Kadafi había dicho el martes, en un discurso dirigido a los jóvenes de Zintan, que se iba a producir una sublevación en las ciudades donde la población es "rehén de los criminales de Al Qaeda".
Tras los ataques de las fuerzas que respaldan a Kadafi los grupos rebeldes se retiraron de Brega y una fuente militar reportada por la televisión estatal dijo que la ciudad fue "limpiada de bandas armadas".
La televisión estatal aseguró que los puertos petroleros del país están "seguros" y retomaron sus actividades tras el cese de "actos de sabotaje".
Por ello, exhortó a las compañías petroleras a reanudar sus actividades y a los trabajadores a retornar a sus tareas.
Por su parte, la organización Human Rights Watch denunció que el dictador libio lleva adelante una represión "brutal" en Trípoli contra cualquier forma de oposición y perpetra "arrestos arbitrarios y desapariciones".
"Kadafi y sus fuerzas de seguridad están brutalmente suprimiendo cualquier forma de oposición en Trípoli, incluidas manifestaciones pacíficas, con fuerza letal, arrestos arbitrarios y desapariciones", dijo Sarah Leah Whitson, directora de Human Rights para Medio Oriente y norte de Africa.
Repercusiones de la comunidad internacional. La crisis en Libia y su desarrollo a nivel geopolítico, teniendo en cuenta las últimas revueltas en Medio Oriente, es hoy uno de los puntos más ásperos de la agenda internacional. La mayoría de los países han condenado los enfrentamientos, pero los matices a la hora de posicionarse ante la coyuntura actual del país se han vuelto cada vez más notorios.
Frente al incremento de los combates en territorio libio, la Liga Árabe acordó de manera unánime solicitar al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia. La medida, celebrada por Estados Unidos y Francia, apunta a debilitar las fuerzas de Kadafi y cercar al líder, que ya adelantó que no abandonará el poder.
Días atrás, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, anunció el reconocimiento oficial de las fuerzas rebeldes como gobierno legítimo del país africano, y adelantó que intercambiaría diplomáticos. Inmediatamente, Libia rompió relaciones con el país galo y amenazó con repetir esta decisión con todo aquel Estado que se pronunciara a favor de los insurgentes.
Por su parte, Estados Unidos asumió el “compromiso moral” de intervenir en la crisis libia. “Claramente hay un componente moral en las acciones que se están tomando y que se seguirán tomando", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney. El presidente estadounidense, Barack Obama, exigió públicamente la salida de Kadafi y se comprometió a apoyar toda medida que vaya en esa línea.
El endurecimiento de las relaciones entre Estados Unidos y Libia, y las declaraciones del presidente Barack Obama, alertaron sobre una eventual intervención militar en el país, más allá de la ambigüedad de la OTAN a la hora de avalar un desembarco en la región.
El canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, dijo que no se puede llevar a cabo una acción militar extranjera en Libia porque en ese país haya una crisis humanitaria, y denunció una trama mediática destinada a justificar una invasión.
"No se puede, por una crisis humanitaria, invadir un país", declaró Patiño al diario El Comercio de Quito. Para el diplomático, sólo resta esperar "que los libios encuentren una solución a su problema".
"Hay toda una trama mediática en el mundo para aceptar que hay miles de muertos" en Libia, denunció. "A partir de eso se dice que debería haber una intervención militar de las Naciones Unidas o de gobiernos determinados, que han estado algunos acostumbrados a invadir países con algunas justificaciones que después son absolutamente desmentidas", afirmó Patiño.