La Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por la situación que atraviesan los presidiarios en distintos centros penitenciarios de Bolivia. Los presos entraron en el cuarto día de protesta.
Unos 8.000 detenidos llevan adelante un crudo reclamo donde adoptaron medidas dramáticas de crucifixión, extracción de sangre y ayunos voluntarios, con el fin de exigir la modificación de la Ley de Ejecución Penal y la Ley 1008 del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas.
Ante este escenario la CIDH le solicitó al gobierno de Bolivia que lidera Evo Morales, que “extreme todas las medidas a su alcance para garantizar la vida e integridad personal” de los huelguistas.
En un comunicado, la organización humanitaria manifestó su “profunda preocupación por la situación de las cárceles” en el país altiplano.
Asimismo agregó que “conforme se ha informado la CIDH, internos de 19 penitenciarias han entrado en huelga reclamando, entre otros, el cumplimiento del nuevo Código de Procesamiento Penal con el fin de agilizar el trámite de sus procesos judiciales”.
Entre las demandas carcelarias también esta presente el beneficio del trabajo o estudio extramuros para los condenados a más de 15 años (por asesinato y violación) y el dos por uno para quienes trabajan o estudian.
En relación a las modificaciones de la Ley de Ejecución Penal, para el gobierno no pareciera significar problemas, sin embargo el cambio de la Ley 1008 resulta más complicada, porque alteraría convenios internacionales en materia de lucha contra el narcotráfico.
La CIDH manifestó su profunda preocupación por el conflicto en las cárceles de Bolivia
Le exigió al gobierno de Evo Morales que mejore las condiciones de detención, para “garantizar la vida e integridad personal” de los presos. Reclusos de 19 penitenciarias realizan una huelga en la que incluso se crucifican.
