Agencias
Ginebra
La creciente tensión bélica en la frontera turco-siria amenaza con frustrar el proceso de diálogo para alcanzar la paz en Siria, así como el cese del fuego que debía comenzar a regir ayer. El Consejo de Seguridad de la ONU debió reunirse de emergencia por un proyecto de resolución presentado por Rusia para evitar incursiones militares de Turquía en territorio sirio, donde las tropas kurdas –enemigas del presidente turco Recep Tayyip Erdogan– se hacen fuertes y ganan posiciones contra los yihadistas del grupo terrorista Estado Islámico.
Ayer, se descontaba que el borrador de Moscú, aliado del régimen sirio de Bashar Al Assad, no ganaría el apoyo de los demás miembros permanentes del Consejo. “En resumidas cuentas, no”, respondió el embajador francés ante la ONU, François Delattre, a un periodista que le preguntó si París avalaría el proyecto.
Mientras tanto, representantes de los Estados Unidos y Rusia se reunieron en Ginebra para intentar fijar las condiciones para un alto el fuego en Siria. El plazo fijado hace una semana se agotó sin haber alcanzado un acuerdo para el cese de hostilidades. De hecho, los combates entre los grupos rebeldes y los leales a Al Assad se intensificaron en los últimos días, a la vez que la artillería turca atacó posiciones de las milicias kurdas sirias cercanas a su frontera.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, advirtió a través de su vocero que “cualquier conflicto en esa frontera (turco-siria) tiene potencial para descontrolarse”. Por su parte, el secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, reconoció que “aún queda mucho por hacer” para un alto el fuego.
Lo cierto es que, en las últimas semanas, las milicias kurdas avanzaron a costa de posiciones de Estado Islámico en Siria.Ayer, las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) anunciaron que tomaron el control total de la ciudad de Al Shadadi, en la provincia de Hasake, hasta ahora en manos de los terroristas.
El gobierno de Erdogan ve con enorme preocupación el fortalecimiento de los kurdos en una zona de importancia estratégica para Turquía. En su propio país, el mandatario libra una polémica y encarnizada lucha contra rebeldes kurdos que buscan dinamitar su base de poder mediante antentados que ya alcanzaron a Ankara.