Roma - Cuando el actor italiano Bud Spencer fundó en 1981 la línea aérea de carga Mistral Air, seguramente nunca soñó con que sus aviones alguna vez llevarían a peregrinos por encargo papal. La compañía pertenece hoy al Correo italiano y, gracias a un acuerdo con la oficina de peregrinos del Vaticano, la Opera Romana Pellegrinaggi/OPR, lleva fieles directamente desde Roma a diversos santuarios en todo el mundo.
"El peregrinaje cambió de forma. Hoy todo debe funcionar más rápido y, sin embargo, mantiene su espíritu profundo", dijo el cardenal Camillo Ruini, en el vuelo inaugural a Lourdes, en Francia, en el que él mismo viajó.
El turismo religioso está viviendo un auge sin precedentes. Sólo en 2006, 150 millones de personas en todo el mundo realizaron viajes de peregrinaje y en 2007 serán otros 40 millones. Por eso, Ruini, presidente de OPR, firmó con Mistral Air un contrato que en principio abarca cinco años. De esta manera, el Vaticano quiere responder "a la creciente demanda de peregrinos que quieren visitar los lugares más importantes para su fe", explicó hace poco un vocero de la Santa Sede.
Si todo marcha según lo previsto, cada año se beneficiarán de esta iniciativa unos 150.000 peregrinos. Ya a partir de 2008, está previsto que haya más conexiones. Entonces, los fieles podrán volar también desde Verona, Bari, Brindisi, Lamezia Terme, Catania y Ancona con un Boeing 737-300 a numerosos lugares de peregrinación y santuarios en todo el mundo.
Entre otros, Mistral Air volará a Fátima en Portugal, a Santiago de Compostela en España y a la Basílica de Guadalupe en México. Los peregrinos viajan acompañados de azafatas y religiosos formados especialmente. Para subrayar el sentido religioso de estos vuelos charter, en los aviones se encuentran salmos como "Busco tu rostro, Señor". Además, los aviones estarán adaptados a las necesidades de personas mayores o discapacitadas. "Desde el principio se creará una atmósfera vinculada al verdadero sentido de este peregrinaje", dijo el director comercial de OPR, Cesare Atuire. Eso quiere decir también que los viajes serán más accesibles.
Después de todo, peregrinar supone vivir de una manera muy espartana, con largas caminatas, grandes mochilas y albergues sencillos con sacos de dormir. Poco antes del despegue, Ruini destacó que espera que la situación se distienda pronto en Israel, para que se puedan realizar peregrinaciones también a Tierra Santa: "Pero la condición para ello es la paz, que permitirá a los peregrinos superar sus miedos a viajar a esos lugares".