Una foto encontrada en la computadora del abatido número dos de las FARC, Raúl Reyes, volvió a encender ayer el debate sobre los vínculos entre la guerrilla y el gobierno ecuatoriano, tras la difusión de varios documentos internos de la milicia, en los Reyes hacía referencia a una reunión con el ministro de Seguridad de Quito, Gustavo Larrea.
Los medios colombianos, el diario El Tiempo incluido, presentaron a la fotografía como prueba explícita de que el encuentro había tenido lugar e insistieron en acusar a Ecuador por sus relaciones con la guerrilla colombiana, que –según trascendió- tiene más de ocho campamentos en suelo ecuatoriano.
En la OEA, el canciller ecuatoriano respondió que la foto no era más que “una patraña mediática para desprestigiar a su país”, pero el canciller colombiano Fernando Araújo –secuestrado por las FARC durante más de nueve años- insistió en que INTERPOL demostraría que la imagen era real.
Lo cierto es que quien acompañaba a Reyes en la foto no era más que el un histórico dirigente del Partido Comunista argentino, Patricio Etchegaray, quien viajó a la selva colombiana en varias oportunidades para reunirse con la cúpula de las FARC.
El 4 de marzo pasado, Perfil.com fue el primer medio en publicar una serie de fotografías de Etchegaray en la selva, e inclusive en compañía de Reyes y de “Manuel Marulanda”, número uno de la organización guerrillera. La nota se convirtió rápidamente en la más leída del día y el 5 de marzo seguía en el top 10 y generó repercusiones en toda la región.
Etchegaray relató a Perfil.com los diversos viajes que realizó a Colombia y como, tras conocer a Raúl Reyes en un punto remoto de la selva, caminó durante 23 días para encontrarse con Marulanda. Tardó tres meses en salir del país.
Ayer, el ministro ecuatoriano del Interior, Fernando Bustamante, había negado enfáticamente que el hombre que acompaña a Reyes en la foto fuese Gustavo Larrea. Horas después, el canciller argentino Jorge Taiana aclaró el “error” y Bogotá optó por el silencio.
El episodio pone de manifiesto la falta de seriedad con la que el gobierno de Álvaro Uribe trata los documentos encontrados en la computadora de Reyes, que la semana pasado dieron lugar a un conflicto con Venezuela y Ecuador que llegó al tribunal de la Organización de Estados Americanos (OEA).