INTERNACIONAL
Tragedia en Nueva York

La muerte de su lanzador conmociona a los Yankees

El beisbolista Cory Lidle murió ayer al estrellarse su avioneta contra un edificio en Nueva York. Hacía sólo siete meses tenía licencia para volar. Tenía 34 años, estaba casado y con un hijo. Galería de fotos

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Lidle en uno de sus famosos lanzamientos. | AFP

El beisbolista estadounidense Cory Lidle murió ayer al estrellarse con un avión pequeño contra un edificio en el lado este de la ciudad de Nueva York y su equipo, los New York Yankees, llora la pérdida de su mejor lanzador.

El dueño del equipo, George Steinbrenner afirmó: "Esta es una tragedia terrible y conmocionante que dejó estupefacta a toda la organización de los Yankees".

El representante del jugador, Jordan Feagan, señaló al portal Newsday que los Yankees le informaron que Lidle se encontraba entre las víctimas del accidente. "No era sólo mi cliente. Probablemente era mi mejor amigo", confesó.

El hecho, en el que murieron Lidle y su instructor de vuelo, reavivó de inmediato los recuerdos de los atentados del 11 de septiembre y propició el despliegue de unidades de la Fuerza Aérea estadounidense.

El avión estaba registrado bajo el nombre de Lidle, de 34 años, quien volaba hace sólo siete meses, informó la agencia de noticias DPA.

Hace unos años, el jugador de béisbol Cory Lidle descubrió una nueva pasión: los aviones. Pese a la preocupación de su equipo sobre su nuevo hobby, Cory decidió sacar su licencia de piloto hace siete meses y comprarse su propio avión. "Cory era un jugador. Siempre intentaba arriesgar algo", opinó el entrenador de Oakland, Ron Washington, que conocía bien a Lidle.

Por eso estaba tan fascinado con volar. Según sus compañeros de equipo, cada vez que surgía el tema, Corey trataba de calmar los nervios de sus allegados explicando que su avión Cirrus SR 20, por el que pagó 185.000 dólares, estaba equipado con un moderno sistema de paracaídas para casos de emergencia. " El deseo de volar de Cory no tenía límites. Fue probablemente mi mejor alumno y aprendió muy, muy rápido", había dicho hace unas pocas semanas Tyler Stanger, instructor de vuelo de Lidle, en declaraciones al diario The New York Times. "Quien quiere aprender rápido debe tener tiempo y dinero", había señalado.

Después del fin de la temporada 2005/2006, la obtención de la licencia para volar fue una de las prioridades de Lidle. Desde el año 2005 se reunía dos veces por semana con su instructor de vuelo hasta aprobar exitosamente el examen a principios de 2006.

Poco después de compró la una máquina Cirrus SR20 con cuatro asientos, construida en 2002. "Con un avión se es más flexible y muchas cosas quedan más cerca. Cuando quiero jugar al golf ya no tengo que conducir en coche cinco horas, sino que vuelo en apenas una hora", había dicho Lidle a principios de septiembre en una conferencia telefónica con periodistas estadounidenses. "Claro que volar es riesgoso, pero no es más riesgoso que conducir un automóvil", opinaba.

Esta es la segunda tragedia aérea para los Yankees, que perdieron de forma similar a uno de sus integrantes, Thurman Munson, en agosto de 1979, cuando el avión que piloteaba se estrelló.