La reina Isabel II de Inglaterra, que este sábado cumple 86 años, pudo haber sido concebida por inseminación artificial y su abuela habría sido, en realidad, la cocinera de su familia, asegura una escritora
británica apodada “la Dama del Lápiz envenenado”.
Lady Colin Campbell acaba de publicar “The Untold Life of Queen Elizabeth the Queen Mother”, sobre la vida de Lady Isabel Bowes-Lyon (madre de Isabel II), fallecida en 2002. La escritora sugiere que Isabel -a quien Hitler apodó “la mujer más peligrosa de Europa”- llegó a tener un romance con el primer ministro francés Leon Blum.
Pero entre las revelaciones más polémicas de este libro, despreciado por varios historiadores, destaca la que asegura que la actual reina británica fue inseminada artificialmente con esperma donado por su padre, el rey Jorge VI, y con la ayuda de un médico londinense.
El príncipe Alberto de Inglaterra (más tarde Rey Jorge VI) e Isabel Bowes-Lyon, duquesa de York, se casaron en 1923. Pasaron dos años en que la duquesa no logró quedarse embarazada porque, según Colin Campbell, “Isabel no habría permitido que Bertie (como se conocía popularmente al rey) la inseminara naturalmente” Agrega que “era público y notorio que no mantuvieron relaciones sexuales durante su matrimonio”.
“Sólo había una manera de actuar en estas circunstancias”, continúa el relato de Campbell. Isabel consultó a diversos ginecólogos y obstetras hasta que por fin, aconsejada por su médico, Lane Phillips, se habría sometido a una técnica muy poco usada en la época: la inseminación artificial, que según la autora del libro, “sirvió para acomodarse a las necesidades de los dos y garantizar al mismo tiempo un descendiente legítimo del trono”.
El complejo proceso de inyectar mecánicamente el esperma de su esposo en su útero habría permitido a la duquesa quedar embarazada de su primera hija, la que hoy conocemos todos como Isabel II de Inglaterra, en 1926. Según Campbell, la otra hija de los duques de York, la princesa Margarita, también fue concebida con la misma técnica.
Al nacer la primera hija, sólo se informó que, para el parto, se había “adoptado con éxito un tratamiento determinado”, refiriéndose al hecho de recurrir a una cesárea. Sobre el revolucionario proceso de la inseminación, nunca se habló. “En nuestro círculo era cosa sabida”, confesó una amiga de la familia. “Mi madre habló del asunto con la duquesa de York, porque las dos tenían el mismo ginecólogo”.
El paso de los años transformó a la Duquesa de York en la popular “Reina Madre”, que vivió hasta los 101 años procurando ocultar todo lo que pudiera manchar su imagen. Entre otras cosas, siempre ocultó las
extrañas circunstancias que rodearon su propio nacimiento y sobre lo que también habla el libro de Lady Campbell.
La escritora afirma que el matrimonio formado por Lord Claude George y Lady Cecilia Bowes-Lyon tenían ocho hijos y los doctores prohibieron a la madre tener más, por lo que la cocinera del castillo, la francesa Marguerite Rodiere, se convirtió en “madre de alquiler”.
Según Campbell, los círculos aristocráticos sabían que Lady Cecilia no era la madre ni de Isabel ni de su hermano menor, pero no dudaban sobre la paternidad de Claude George. Así, en honor a su madre verdadera, la que luego sería Reina Madre de Inglaterra recibió también el nombre de “Marguerite”.
(*) especial para Perfil.com