INTERNACIONAL
petar petrov, especialista en seguridad europea

La UE y Estados Unidos después de Afganistán

La turbulenta salida de las tropas provocó tensiones, pero es una oportunidad para que Europa tenga una estrategia de defensa autónoma sin afectar sus vínculos con la OTAN o con EE.UU.

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Final. El último contingente de soldados italianos a punto de abordar el avión para dejar Kabul. | cedoc

La tormentosa evacuación de Kabul, corolario del acuerdo para el retiro de las tropas extranjeras de Afganistán impulsado por Donald Trump con los talibanes, y ejecutado por Joe Biden, provocó un impacto en la Unión Europea, varios de cuyos países tenían tropas y personal desplegados en el país. La salida incluyó además el cruel atentado de Estado Islámico, que provocó al menos 170 muertos, entre ellos 13 norteamericanos y tres ciudadanos británicos.  

Pese a las críticas y a las reacciones diversas, el especialista en seguridad europea Petar Petrov dijo a PERFIL que el episodio es una oportunidad para que Bruselas ponga en marcha una perspectiva militar estratégica propia, aunque no conflictiva con Washington. De origen búlgaro, Petrov es profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Maastrich, en los Países Bajos, e investiga la cooperación entre la UE, la OTAN y Estados Unidos. 

—¿Cómo recibió la UE la caótica evacuación de Afganistán?

—Unas semanas antes del atentado, se escuchó que algunos aliados de Estados Unidos  y miembros de la UE querían que la operación de evacuación continuara. En realidad, los europeos aprobaron el plan de retirada de Estados Unidos en 2020, aún sabiendo que corría el riesgo de provocar un ataque talibán. No tuvieron más remedio que aceptarlo porque no podían ofrecer una solución mejor. Militarmente eran demasiado débiles. La sorpresa es que no pensaban que fuera a ocurrir tan rápido.

—Ese acuerdo de Doha, firmado en forma unilateral por Trump con los talibanes influyó en la relación entre la Unión Europea y Estados Unidos?

—La administración Trump tenía a todos en vilo porque no podían confiar realmente en el despliegue de seguridad de Estados Unidos en caso de crisis. En cambio, cuando asumió Biden mejoraron las garantías de que las dos partes volverían a cooperar y de que Washington defendería a la UE ante una eventualidad como un ataque ruso. Antes de la evacuación, la relación estaba mejorando.   

Sin embargo, después de la evacuación, las reglas del juego parecen haber cambiado. La UE está haciendo todo lo posible para participar en la construcción de la nación afgana, mientras que Washington no tiene ningún interés en volver a implicarse en el país ni en sus alrededores. Josep Borrell, Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha dicho ya que Bruselas pretende ayudar a la reconstrucción de Afganistán, respetando su modelo de vida, pero también los derechos humanos internacionales. Quieren replicar de alguna manera lo que hicieron en Kosovo y en la región del Sahel, donde que hasta ahora han tenido éxito.

—¿Esta autonomía de la UE puede poner en peligro los vínculos con Estados Unidos y con la OTAN?

—Puede complicar la relación, pero la UE no tiene el objetivo de rivalizar con Washington ni el de dividir a la OTAN duplicándola, porque sabe que haciéndolo no contará con el apoyo de Estados Unidos. Aun si los objetivos estadounidenses parecen haber cambiado, seguirán siendo los líderes de la OTAN. En realidad, la crisis de Afganistán es una oportunidad para que ambas partes entren en una situación en la que todos salgan ganando. Así como Washington se está enfocando en otros objetivos, como fortalecer sus fuerzas militares internas ante un eventual conflicto con China,  la UE se está comprometiendo con Afganistán, Uzbekistán y Tayikistán en los controles fronterizos y en la gestión de crisis. De hecho, la situación permite a Bruselas poner en la agenda el desarrollo de una perspectiva militar estratégica. Ahora están tratando de desarrollar una brújula de defensa que involucraría quizás la creación de una fuerza militar de rápido despliegue de unos 5.000 efectivos, pero sigue siendo un trabajo en proceso. Por eso, esto no amenazará a la OTAN ni a la relación de la UE con Estados Unidos, sino que la corregirá. La crisis de Afganistán no es nada más que una ventana de oportunidades para crear algo que nunca se había visto antes en esa región.

*Desde Maastrich.

 

☛ Petar Petrov es especialista en ciencias políticas y relaciones internacionales, y enseña política de seguridad europea y relaciones internacionales en la Universidad de Maastrich. 

☛ Es investigador de la Política Europea de Seguridad y Defensa, el desarrollo de capacidades en la gestión de crisis, la gobernanza y la cooperación interinstitucional en la prevención de conflictos y el mantenimiento de la paz. 

☛ En la actualidad, investiga temas como la cooperación entre la UE, la OTAN y Estados Unidos, y también el desarrollo de las capacidades de seguridad y defensa de la UE.