Por estas horas, Estanislao de Grandes Pascual, el embajador de España en la Argentina, se encuentra en Madrid esperando la llegada de Mauricio Macri, quien arribará el próximo martes a la capital española acompañado por una comitiva de 200 empresarios argentinos. Al mandatario le espera una intensa agenda de cuatro días que incluirá encuentros con los reyes, Felipe y Letizia, con el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, y con los líderes de las mayores empresas ibéricas. Poco antes de viajar a su país para colaborar en los preparativos de esta visita de Estado, De Grandes Pascual recibió a PERFIL en la embajada española en Buenos Aires y habló sobre lo que su gobierno considera como la “plena normalización” de las relaciones bilaterales.
—¿Qué importancia tiene esta visita para su gobierno?
—Es fundamental porque sella la plena normalización de las relaciones bilaterales, en un momento en que la Argentina juega un papel importante en la nueva tendencia en Latinoamérica que deja atrás los populismos hasta ahora reinantes y va hacia una apertura diplomática y comercial.
—¿Qué cambió en el vínculo bilateral con la asunción de Macri?
—Hay un mejor clima para la solución de contenciosos empresariales, en un país en el que España es hoy el segundo inversor extranjero con un monto neto de U$S 13 mil millones. Vemos una voluntad total del Gobierno por resolver las diferencias que siempre puede haber con las empresas.
—¿Cómo ven a la Argentina los empresarios españoles?
—En octubre estuve reunido en España con cámaras de comercio y exportadores. El interés por la nueva Argentina es enorme. Las expectativas son incluso mayores que en la propia Argentina.
—Malcorra dijo que las apuestas empresariales por el país vienen “un poco lentas”. ¿Por qué esa cautela?
—El capital siempre es conservador. Pero creo que ayudará muchísimo a las inversiones el éxito que tuvo el blanqueo de capitales. Muchos empresarios extranjeros pensaban que si los propios argentinos no invertían aquí, cómo iban a hacerlo ellos. El blanqueo derriba esa barrera.
—¿Los empresarios están esperando ver qué pasa en las elecciones de octubre?
—No quiero opinar sobre política interna, pero en un país donde hay comicios cada dos años, el programa electoral no debería condicionar los objetivos que se trazó el Gobierno. Estos se resolverán en el medio y largo plazo.
—¿Qué tan profundo fue el impacto del conflicto entre Repsol y el gobierno de Cristina Kirchner por la nacionalización de YPF?
—Fue muy importante, sobre todo por las formas. Todo gobierno tiene derecho a estatizar. Pero la anulación de la participación de Repsol en YPF fue una confiscación que se hizo sin diálogo y con un objetivo político, lo cual deterioró mucho la relación bilateral. Cuando yo llegué en 2014, el problema ya estaba en vías de solución y al poco tiempo se resolvió, aunque en ese momento el gobierno decidió retraerse y limitar sus relaciones a los países de su entorno y a los Brics.
—¿Repsol estará presente en el encuentro de Macri con empresarios en Madrid?
—No lo sé, pero no creo. Con la experiencia que tuvo en este país, no creo que Repsol tenga intenciones de volver a la Argentina.
—Otro asunto que sobrevuela la visita es el disgusto de Telefónica con el Gobierno por el decreto de convergencia que, según la empresa, la perjudica y favorece a Clarín. ¿Es esperable que ese tema forme parte del diálogo entre ambos gobiernos?
—No específicamente. El diálogo entre el gobierno argentino y la empresa es fluido. No oculto que hubo momentos difíciles, pero ambos están tratando de llegar a un acuerdo satisfactorio.
—¿Qué opina su gobierno sobre este desacuerdo?
—El gobierno español siempre quiere apoyar a las empresas españolas, y Telefónica es una de ellas. Pero es un tema que corresponde a la relación de la compañía con el país en el que está asentada. De manera que el gobierno español no interfiere.
—¿Telefónica le pidió al gobierno español que interceda ante el gobierno argentino?
—Telefónica tiene suficiente entidad y contactos en la Argentina como para defender sus intereses. Y el gobierno argentino está abierto al diálogo para favorecer el clima empresarial.
—¿Comparte la idea de que la asunción de Trump puede favorecer las negociaciones por un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur?
—España es uno de los países con mayor inclinación a la Unión Europea y apoya decididamente el proyecto de un TLC con el Mercosur. Haremos todo lo posible para que ese acuerdo avance en los próximos meses. En una época de nuevos populismos y amenazas al libre comercio, es momento de que Europa se abra a Latinoamérica y el resto del mundo. No caben dudas de que ambas partes defienden sus intereses y a veces es difícil encontrar una solución satisfactoria para todos. No obstante, poco a poco esas diferencias se irán resolviendo porque la eliminación de aranceles no puede sino favorecer el desarrollo económico.
—Malcorra dijo que sería deseable terminar 2017 con el acuerdo cerrado. ¿Es posible?
—España hará todo lo posible para que el acuerdo se haga realidad.n