Ocho millones 400 mil cubanos concurren hoy a las urnas para elegir a los 614 nuevos integrantes de la Asamblea Nacional (Parlamento), a la que son candidatos el presidente Fidel Castro y su hermano y mandatario interino, Raúl.
Los comicios representan una renovación de autoridades nacionales de hecho, porque la Asamblea se encarga luego de elegir entre sus integrantes, al Consejo de Estado, responsable a su vez de designar al presidente, a la postre jefe de Gobierno y de Estado.
Pero la compulsa representa también un paso clave en la renovación generacional del máximo órgano legislativo: el 60,9 por ciento de los postulantes (374 sobre 614) nació después del triunfo de la Revolución en 1959.
De acuerdo con la Comisión Electoral Nacional (CEN) son más de 8,4 millones los electores convocados para renovar la Asamblea, aunque el voto -para mayores de 16 años- no es obligatorio.
En la sesión constitutiva de la Asamblea, los diputados elegirán a los 31 miembros del Consejo de Estado, máxima representación estatal, quienes escogerán al presidente y al primer vicepresidente. También deberán elegir a otros cinco vicepresidentes y al secretario de ese órgano, dirigido por el presidente Fidel Castro desde su formación, en 1976.
En los comicios aspiran a una banca en el Parlamento 481 universitarios (78,3 por ciento), 265 mujeres (42,2 por ciento) y 219 negros y mestizos (35,7 por ciento).
El mismo Fidel Castro se puso a la cabeza de la intensa campaña de las autoridades cubanas a favor del llamado "voto unido", una fórmula que permite, en la boleta, votar en bloque por todos los candidatos y que es tácitamente entendida como una muestra de apoyo al gobierno socialista de la isla.
"Soy decidido partidario del voto unido", que "fue lo que nos permitió evitar la tendencia a copiar lo que venía de los países del antiguo campo socialista", afirmó hace dos semanas el convaleciente Castro, en una carta que envió a un programa de televisión.
La fórmula del "voto unido" fue propuesta por el propio Castro a comienzos de los años 90.
En plena época del derrumbe de la Unión Soviética, hubo en Cuba una reforma de la ley electoral por la que los miembros de las asambleas (legislaturas) provinciales y de la Nacional pasaban a ser elegidos por sufragio universal y secreto.
Esos comicios se realizaban sobre la base de una lista armada en 50 por ciento por candidatos de las asambleas municipales y la otra mitad propuesta por órganos de masas adscriptos al Partido Comunista.
Hasta entonces, los candidatos a diputados eran seleccionados por los concejales municipales y éstos sí eran elegidos de manera directa por los ciudadanos, lo que se mantiene hasta hoy.
En las siguientes elecciones, en 1993, Castro llamó a la "candidatura cerrada" -igual número de candidatos que de cargos a cubrir- y al "voto unido" para demostrar la "unidad" del pueblo cubano en momentos de profunda crisis económica y política.
Esta semana, el presidente del parlamento cubano, Ricardo Alarcón, consideró que las "amenazas" provenientes de Estados Unidos contra Cuba son actualmente muy graves, amenazando no solo la unidad sino la "continuidad" del sistema.
En ese marco, Fidel Castro, exhortó nuevamente a los electores a que ejerzan ese voto en bloque.
Este domingo, los mayores de 16 años deben votar también a los 1.201 nuevos miembros de las asambleas provinciales y habrá segunda vuelta en aquellas localidades en las cuales los candidatos no alcancen la mitad más uno de los sufragios.
Funcionarán en la isla unos 38.000 centros de votación -escuelas, terminales de ómnibus y hospitales-, 600 más que los establecidos en octubre, cuando se eligieron delegados de circunscripción y municipales.
La ampliación del número de centros de votación es para facilitar la labor de las mesas, porque ahora deberán computar los resultados de dos sufragios: en boletas blancas aparecerán los candidatos a delegados provinciales y en las de color verde, los nominados para diputados.
Aunque Fidel aseguró hace tres semanas que no pretende "aferrarse" al poder, nunca reveló sus planes políticos, esto es, si buscará un nuevo mandato, si impulsará la continuidad de su hermano Raúl o si dejará paso a "los más jóvenes", como apuntó en diciembre en uno de sus textos.
No obstante, el texto que firmó esta semana y en el que admitió que ya no tenía "fuerza física" para hablar, permite entrever algo de su futuro.
Fuente: Télam