INTERNACIONAL
Europa

Los liberales le ganaron a la ultra derecha en Holanda

El partido del actual Primer Ministro holandés le puso un freno al populismo después del Brexit y de la llegada de Trump a la Casa Blanca.

0316_mark_rutte_g
Mark Rutte | Afp

El Primer Ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte, ha ganado las elecciones de su país con 33 escaños y le ha dado el primer golpe en occidente al populismo xenófobo y eurófobo de extrema derecha del líder opositor, Geert Wilders, del Partido para la Libertad, conocido como muchos por el Trump holandés por su estilo y declaraciones. 
 
A pesar de haber obtenido el primer lugar, el partido de Rutte, con el 95% de las mesas escrutadas, se encuentra aún muy lejos de los 76 escaños que se necesitan para formar Gobierno, por lo que tendrá que negociar con otros tres o cuatro bloques para poder seguir en el poder otro periodo. 

Los partidarios de Wilders, pese a haber sufrido una derrota después de que los pronósticos lo situaran a la cabeza durante varios meses, obtiene 20 asientos. Sin embargo, este resultado no es tan bueno como parece para los que siguen al líder islamófobo. Wilders suma cinco escaños más que en 2012 pero, en pleno tsunami euroescéptico, está lejos de los 22 lugares que sacó en 2010.

Con 19 asientos se quedan los cristianodemócratas y los liberales de izquierda (D66), dos bloques que gracias a la fragmentación del voto, han conseguido posicionarse en el mapa político y podrían formar gobierno con el actual Primer Ministro como el partido ecologista que tiene 14 escaños. 

Quienes peor han quedado posicionados fueron los socialdemócratas (han pasado de 38 a 9 escaños). Aunque su candidato, Lodewijk Asscher, era fresco, tenía ideas interesantes y gustaba al electorado, la herencia de su partido lo ha sepultado. Lo que ocurre es que los socialdemócratas pactaron con la derecha el Gobierno de hace cuatro años, en plena crisis, lo que ellos interpretaban como un gesto patriótico en medio de la tormenta. Sin embargo, Rutte prosiguió su hoja de ruta y los socialdemócratas se quedaron varados lo que generó un gran descontento en la clase trabajadora en la que se apoyaron durante décadas obteniendo así una caída histórica en el voto. 

Así las cosas, todo parece indicar que los liberales de derecha (europeístas con un buen control de las demandas fiscales de Bruselas), los cristiano demócratas (contenidos pero sin rechazo a Europa y con toques identitarios de última hora), los liberales de izquierda (proeuropeos en todo), y los ecologistas (la estrella de fin de campaña, que mira a la UE en términos de paz, seguridad y clima), formarán gobierno sin problema. 

La participación subió ocho puntos (82%) respecto a las pasadas elecciones y Wilders tiene mucho que ver con eso. A pesar de que se presenta como como la voz de la gente en la calle y es el candidato más popular, vive aislado por miedo a ser asesinado por sus furibundas críticas al islam. Lleva más de una década viviendo en una burbuja. Pasa 24 horas protegido por la policía, sin domicilio fijo y limitando sus apariciones públicas.