Mercenarios de la milicia Wagner, que el mes pasado protagonizaron una rebelión frustrada en Rusia, brindan instrucción militar en Bielorrusia, informó ayer el gobierno de este país, que respalda la ofensiva militar de Moscú contra Ucrania.
Ucrania admitió, por su lado, que su contraofensiva para recuperar territorios conquistados por Rusia en el sur y el este avanza lentamente, en medio de encarnizadas batallas.
“Los combatientes de la compañía militar privada Wagner actúan como instructores en varias áreas militares” y entrenan a “unidades de las tropas de defensa territorial” de Bielorrusia, precisó el Ministerio de Defensa en Minsk.
Los reclutas aprenden, entre otras, “técnicas de desplazamiento en el campo de batalla y de tiro táctico”, añadió.
En un video de los ejercicios publicado por el ministerio en YouTube, un militar bielorruso asegura que la experiencia es “muy útil” para el ejército.
El Grupo Wagner, que desempeñó un papel clave en la ofensiva rusa en Ucrania, iniciada en febrero de 2022, se rebeló hace tres semanas contra el Estado Mayor del ejército regular. Los milicianos ocuparon un cuartel en Rostov del Don, en el sur de Rusia, y avanzaron unos cientos de kilómetros rumbo a Moscú. El levantamiento terminó unas horas más tarde, con un acuerdo que preveía la partida a Bielorrusia de su jefe, Yevgueni Prigozhin.
El paradero de Prigozhin es incierto. El Kremlin, reconoció el presidente ruso, Vladimir Putin, lo recibió a finales de junio, pocos días después de su rebelión, en compañía de los principales comandantes de Wagner (ver nota).
El Departamento de Defensa de Estados Unidos aseguró el jueves que los mercenarios de Wagner ya no participan de forma “significativa” en los combates en Ucrania.
Contraofensiva lenta. La expectativa ucraniana de un debilitamiento de las tropas rusas después de la rebelión de Wagner no se confirmó hasta el momento y la contraofensiva ucraniana, lanzada en junio para recuperar territorios del este y el sur, “actualmente no avanza tan rápido”, admitió el jefe del gabinete presidencial ucraniano, Andrii Yermak, refiriéndose a la intensidad de los combates.
En la última semana, las tropas ucranianas apenas avanzaron 1.700 metros en el sur, señaló Kiev.
Kiev asegura que los escasos avances se deben a la lentitud de sus aliados occidentales en entregar las armas prometidas. También reclama más armas de largo alcance y aviones de combate para hacer frente a las tropas rusas.
La contraofensiva va a la par con periódicos bombardeos rusos contra varias ciudades, incluida Kiev, la capital.
El ejército ucraniano indicó ayer que derribó 16 de los 17 drones de combate de fabricación iraní Shahed 136/131 lanzados por Rusia desde el sureste.
A pesar de la lentitud de la contraofensiva, ha habido algunos avances en el sur y el norte de Bajmut, que cayó en manos rusas en junio después de meses de combate en los cuales los hombres de Wagner tuvieron un papel predominante. “Bajmut será nuestro”, aseguró Masik, un operador de drones ucraniano.
Yermak, considerado como el principal asesor del presidente Volodimir Zelenski, recordó que Ucrania solo podrá abrir negociaciones de paz “después de que las tropas rusas abandonen nuestro territorio”.
Ansiedad por acuerdo cerealero. La falta de señales de una salida negociada del conflicto se da a pocos días de que expire el acuerdo que permite a Ucrania exportar cereales por el Mar Negro.
El pacto, sellado entre Kiev y Moscú en julio de 2022 y prolongado en varias ocasiones, ayudó a paliar la crisis alimentaria mundial provocada por el conflicto entre estos dos grandes productores de materias primas y alimentos.
Rusia amenaza regularmente con retirarse de este acuerdo, que vencerá el lunes a las 21H00 GMT.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, afirmó en una reunión con sus pares del sudeste asiático en Indonesia que los países en desarrollo “pagarán el precio” si Rusia se niega a prolongarlo.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que actuó junto a la ONU como mediador de esas negociaciones, aseguró que Putin “está de acuerdo” en firmar una nueva prórroga del pacto.