El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró este viernes el fin del acuerdo "unilateral" de su predecesor Barack Obama hacia Cuba, prohibió hacer negocios con los militares en la isla y prometió apoyar al pueblo cubano en su lucha contra su "brutal" gobierno.
Con sus nuevas restricciones al comercio y los viajes a Cuba, el mandatario busca golpear el bolsillo del régimen de Raúl Castro, pero corre el riesgo de debilitar a un naciente sector privado muy dependiente del turismo.
Además de las sanciones comerciales contra las Fuerzas Armadas cubanas, Trump anunció nuevas restricciones en los viajes de estadounidenses a la isla, que su predecesor Obama había flexibilizado al calor del histórico acercamiento que inició a finales de 2014 con el antiguo enemigo de la Guerra Fría.
Expertos consultados por la agencia de noticias AFP vaticinan una caída en Estados Unidos en las reservaciones de boletos de avión, cruceros y hoteles para visitar la isla.
"Para la economía cubana y el sector privado este cambio representa un gran golpe", señaló Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano, grupo de reflexión con sede en Washington.
"Las nuevas medidas estarán atacando las dos únicas fuentes de crecimiento que actualmente tiene la economía cubana: el turismo y el sector privado", destacó el economista cubano Pabel Vidal, de la Universidad Javeriana de Cali, Colombia.
En una carta enviada esta semana a la hija mayor y asesora del presidente, Ivanka Trump, un grupo de 55 emprendedoras cubanas le advirtieron que "un retroceso en las relaciones (entre Cuba y Estados Unidos) traería consigo la quiebra de muchos negocios" privados y el "sufrimiento de todas las familias que de ellos dependen".
Cerca de 300.000 estadounidenses visitaron la isla durante los primeros cinco meses de 2017, lo que representa un crecimiento de 145% respecto al año anterior. En 2016 llegaron a la isla 284.937 visitantes desde Estados Unidos, 74% más que en 2015.
Marcha atrás con los inmigrantes. Trump anunció la cancelación de un plan para legalizar a millones de inmigrantes ilegales con hijos nacidos en Estados Unidos, pero dijo que mantendrá por ahora el "DACA", que protege de la deportación a cientos de miles de jóvenes.
El magnate republicano prometió en su campaña deportar a los indocumentados, construir un muro en la frontera con México y eliminar el "DACA", que permite a hasta 1,7 millones de jóvenes que fueron traídos a Estados Unidos ilegalmente por sus padres estudiar, tramitar permisos de trabajo y una licencia de conducir. Más de 750.000 se han acogido al programa.
Pero tras su elección, Trump fue moderando su opinión sobre el popular "DACA", y el Departamento de Seguridad Interior anunció en su sitio web el jueves de noche -en el quinto aniversario del programa- que por ahora seguirá vigente.
Sin embargo, una propuesta de Obama de 2014 para proteger también de la deportación a unos 3,6 millones de madres o padres de niños nacidos en Estados Unidos, muchos de ellos residentes en el país hace años, fue eliminada, anunció el gobierno.