Mientras continúan los intensos combates cerca del complejo residencial de Muamar Kadafi en Trípoli, el presidente estadounidense Barack Obama afirmó que el régimen de "puño de hierro" en Libia alcanzó su "punto de quiebre" y que el líder debe dejar el país ahora para evitar más derramamiento de sangre.
En tanto, el Pentágono estadounidense informó hoy que el dictador libio sigue en el país y que por el momento no huyó.
Por medio de un comunicado, Obama también llamó a los rebeldes libios que el domingo se adentraron en Trípoli a "respetar los derechos humanos, demostrar liderazgo, preservar las instituciones del Estado libio y conducirlo hacia la democracia".
"Esta noche el ímpetu contra el régimen de Gadafi ha alcanzado un punto de quiebre. Trípoli se escapa del puño del tirano", afirmó Obama en un comunicado divulgado al tiempo que descansa en el balneario Martha's Vineyard (noreste).
"El régimen de Gadafi muestra señales de colapso. El pueblo de Libia demuestra que la búsqueda universal de la dignidad y la libertad es mucho más fuerte que el puño de hierro de un dictador". Obama subrayó que Estados Unidos reconoce al Consejo Nacional de Transición (CNT) como la autoridad legítima en Libia.
En tanto, distintos líderes mundiales exigieron el traspaso de poder. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que el mandato de Kadafi estaba “llegando a su fin” mientras que el secretario general de la ONU Ban Ki-Moon llamó a la transición pacífica.
En Libia siguen los combates y el avance rebelde en Tripoli, donde los opositores ya controlan el 95% de la ciudad. Hoy tanques del régimen libio bombardearon parte de Trípoli, después de que los rebeldes llegaran al corazón de la ciudad y una multitud saliera a las calles a celebrar lo que describen como el fin de cuatro décadas en el poder de Muammar Khadafi.
Anoche, en su desesperado intento de incitar a sus aliados a que resistan y no abandonen las filas, Kadafi expresó: “No nos rendiremos. Resistiremos hasta el final. No abandonaremos Trípoli a los ocupantes y a sus agentes. Estoy con ustedes en esta batalla”.
En su camino hacia la capital, una columna de las fuerzas opositoras entró a una base militar a 25 kilómetros de Trípoli, comandada por Jamis Kadafi, uno de los hijos del dictador. Allí funcionaba la 32a brigada, conocida como la “Brigada Jamis”, una de las mejores entrenadas y equipadas. Al llegar a las murallas, luego de disparos cruzados, los soldados que estaban en la base huyeron.