INTERNACIONAL
Nueva edición

L'Osservatore Romano de esta semana: "Que cese la instrumentación de las religiones"

En la presente edición se destaca el pedido del Francisco de no usar la religión para incitar a la violencia en ocasión del recuerdo de las víctimas de persecuciones por razones de su credo.

Osservatore Romano de esta semana.
Osservatore Romano de esta semana. | Cedoc

En la edición española de esta semana del L´Osservatore Romano, se destaca desde la primera plana un pedido urgente del mismo Francisco “Que cese la instrumentación de las religiones”. Esto hace referencia a un llamado del Sumo Pontífice de no usar la religión para incitar a la violencia en ocasión de la Jornada en recuerdo de las víctimas de persecuciones por razones de su credo que celebra la ONU el 22 de agosto. El Papa Bergoglio, expresó en ese sentido que: “Dios no necesita ser defendido por nadie y no desea que su nombre sea usado para aterrorizar a la gente”. En estas declaraciones que son publicadas íntegramente en la página 10, también Francisco pidió “. a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo y al fanatismo ciego”, haciendo referencia al Documento sobre la Fraternidad Humana firmado en Abu Dabi el 4 de febrero de 2019, junto al Gran Imán de al-Azhar.

En la contratapa, se publica en forma completa la catequesis del Santo Padre sobre la crisis provocada por la pandemia en donde declaró entre otras consideraciones que: “La pandemia ha puesto de relieve y ha agravado problemas sociales, sobre todo la desigualdad. Algunos pueden trabajar desde casa, mientras que para muchos otros esto es imposible. Ciertos niños, a pesar de las dificultades, pueden seguir recibiendo una educación escolar, mientras que para muchísimos otros esta se ha interrumpido bruscamente. Algunas naciones poderosas pueden emitir moneda para afrontar la emergencia, mientras que para otras esto significaría hipotecar el futuro. Estos síntomas de desigualdad revelan una enfermedad social; es un virus que viene de una economía enferma. Tenemos que decirlo sencillamente: la economía está enferma. Se ha enfermado. Es el fruto de un crecimiento económico injusto —esta es la enfermedad: el fruto de un crecimiento económico injusto— que prescinde de los valores humanos fundamentales. En el mundo de hoy, unos pocos muy ricos poseen más que todo el resto de la humanidad. Repito esto porque nos hará pensar: pocos muy ricos, un grupito, poseen más que todo el resto de la humanidad. Esto es estadística pura. ¡Es una injusticia que clama al cielo!”.

Este mensaje del Papa Francisco, y otros que prosiguieron en este sentido, fueron a las pocas horas acompañados por el director de la Organización Mundial de la Salud, tal como se comparte en la página 5 de esta edición. Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha dicho que «no podía estar más de acuerdo» con el Papa Francisco sobre la respuesta a la pandemia. El Papa había subrayado que «la respuesta a la pandemia es doble: tenemos que encontrar la cura para un virus pequeño, que pone de rodillas al mundo entero, y tenemos que curar un gran virus, el de la injusticia social». Ghebreyesus retomó las palabras del Pontífice comentando: «Tenemos que hacer de la salud un derecho humano para todos e impedir que sea un privilegio de pocos». La pandemia —ha añadido— «nos da una oportunidad para reconstruir un mundo mejor, más seguro y más justo, ¡juntos!».

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Como es habitual, además de artículos editoriales, en este ejemplar se publican en forma completa y oficial las palabras del Santo Padre. Tal es el caso del Ángelus dominical donde, desde su ventana pontificia y a los fieles reunidos en la plaza San Pedro, Francisco expresó que «El Señor nos pedirá cuentas de todos los migrantes caídos en los viajes de la esperanza», en una nueva advertencia contra la «cultura del descarte» que reclama víctimas también entre los que dejan sus tierras en busca de «una vida mejor».