En su primer discurso como presidente reelecto de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, tras ganar por más del 60% de los votos en segunda vuelta, dijo que va a priorizar el diálogo con la oposición y con todos los gobernadores electos del país.
Lula afirmó que su primera medida en su segundo mandato será articular la aprobación de la reforma política que prevé, entre otros puntos, la fidelidad partidaria. “Los partidos políticos precisan fortalecerse y por eso vamos a discutir, luego del comienzo del mandato la reforma política que el Brasil tanto precisa”, dijo en declaraciones que reprodujo el diario brasileño Folha.
“Pretendo conversar con todas las fuerzas políticas del país. No habrá veto a ninguna. Llamaré a todo el mundo para conversar. No tengo ninguna duda de que podemos conversar con todos los partidos de la oposición”, afirmó.
El presidente, que obtuvo más de 58 millones de votos, resaltó que “ahora no hay mas adversario”. “El adversario ahora es la injusticia social. Todo el mundo debe juntarse para hacer crecer a Brasil”.
Además, el mandatario manifestó que una decisión tomada en su mesa, a partir de su segundo Gobierno, “no podrá estar más de 30 días sin ser ejecutada”. “Si se quiere discutir, que se discuta antes de llegar a mi mesa”, dijo categórico.
Al evaluar los factores de su victoria frente al socialdemócrata Geraldo Alckmin, Lula dijo que el pueblo "sintió que su vida había mejorado y contra eso no hay adversarios".
"Continuaré gobernando Brasil para todos, pero continuaré dando más atención a los más necesitados. Los pobres tendrán preferencia en nuestro gobierno", manifestó durante la celebración de su victoria.
El mandatario apareció en público después de recibir una llamada telefónica de Alckmin en la que este reconoció el triunfo electoral de Lula.