Brasilia - En el marco del conflicto que tiene varados a pasajeros en los aeropuertos más importantes de Brasil, el primer mandatario Luiz inácio Lula da Silva puso a disposición de los damnificados ocho aviones de la Fuerza Aérea de Brasil (FAB) en reemplazo de los vuelos comerciales.
De esta manera, Lula intenta solucionar los inconvenientes –que van por la tercera jornada-, que se desarrollan en los estaciones aéreas más populosos de Brasil como las de Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia.
“Todos los medios aéreos de transporte disponeble de las FAB fueron destinados para actuar de emergencia”, afirmó un comunicado de la Aeronáutica, mientras que añadió, de acuerdo a la agencia DPA, que así piensan “complementar las capacidades de las empresas aéreas para atender a la elevada demanda del período”.
El conflicto. Las dificultades se originaron cuando la compañía aérea brasileña TAM tuvo que cancelar varios vuelos, para realizar trabajos no previstos de mantenimiento en seis de sus aeronaves.
A su vez, al inconveniente de la empresa se sumó una tormenta que cerró por casi una hora el aeropuerto de Congonhas –San Pablo- en la noche miércoles, lo que desató una de las peores crisis para los usuarios de transporte aéreo, que tuvieron que sufrir retrasos tanto en las llegadas como en la salidas de los vuelos.
Además, los problemas continuaron agravándose después de que la Agencia Nacional de Aviación (Anac) asegurara -sin precisión- que se superarían los problemas de esperas que amenazan los viajes programados durante las vísperas navideñas.
Incidentes. Mientras que en Río de Janeiro seis personas invadieron el jueves la pista del aeropuerto internacional Tom Jobin, otro 100 pasajeros provocaron daños en las instalaciones de TAM, al grito de “queremos un avión”.
En San Pablo, los pasajeros se pusieron narices rojas de payaso mientras formaban colas de hasta un kilómetro para esperar el preembarque. Los retrasos, en menor medida, también fueron registrados en la ciudades de Salvador de Bahía y Puerto Alegre, entre otras.
El presidente Lula da Silva convocó a una reunión de emergencia con asesores y representantes de las compañías aéreas para identificar las causas de la crisis, y acusó a las empresas de no respetar a los pasajeros.
"El pasajero se merece respeto. No es posible que se deje esperando a la gente por cuatro, cinco o seis horas en el Aeropuerto sin cuidarlas", afirmó el mandatario.