INTERNACIONAL
A un da de los comicios

Lula y Alckmin se midieron en un cuarto debate

Los candidatos a la presidencia de Brasil sostuvieron anocheun nuevo encuentro frente a las cámaras de cara a la segunda vuelta electoral del domingo. El actual presidente, que cumplió ayer61 años, llega con una ventaja de 24 puntos porcentuales.

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Lula festej sus 61 aos con simpatizantes | AFP
El actual presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y su contrincante Geraldo Alckmin, se enfrentaron ayer por cuarta vez en un debate televisivo con vistas a la segunda vuelta electoral que se llevará cabo mañana, y que definirá si el actual titular del Ejecutivo permanece en el Planalto, o es reemplazado por su contrincante.

El debate tuvo lugar en los estudios de la red Globo en Río de Janeiro. Duró poco más de dos horas y confirmó el favoritismo de Lula en los sondeos. Ambos candidatos machacaron, un poco automáticamente, los argumentos que habían repetido los días previos.

El actual Presidente, que ayer cumplió 61 años, se presentó algo envalentonado a causa de los resultados de las tres últimas encuestas que le adjudican una cómoda ventaja sobre el socialdemócrata Alckmin: un mínimo 22 de puntos porcentuales, o más de 22 millones de votos. Así, antes que atacar, se concentró en destacar los éxitos de su gestión, que dijo, se consolidarán y acentuarán en el segundo mandato, más orientado hacia la cuestión social, sin descuidar el equilibrio fiscal. 

En la mañana de ayer, el mandatario dijo por cadena nacional que "la campaña en la radio y televisión termina hoy (por ayer), pero necesitamos continuar movilizándonos hasta el domingo, junto a la familia, los amigos, los parientes, los vecinos, vamos a garantizar en las urnas que este trabajo siga".

"Cuento con usted y con su voto de confianza. Hasta la victoria!!!, si Dios quiere", agregó Lula, un ex obrero metalúrgico, fundador del Partido de los Trabajadores (PT).

Por su parte Alckmin, golpeado por diversos escándalos de corrupción, y por el todavía reciente ataque del PCC de Marcola en San Pablo, ciudad de la que era intendente y a la cual renunció para ser candidato, volvió a recurrir a un lugar común poco efectivo:  un voto "de esperanza" para poder cambiar al país.

"Quiero pedir su voto el próximo domingo. Un voto de confianza, un voto de alegría y un voto de esperanza. Es con trabajo y seriedad que vamos a hacer un Brasil mejor", dijo el socialdemócrata.