El presidente Lula regresó hoy a Brasil a las apuradas de la Asamblea General de las Naciones Unidas y convocó a una reunión de emergencia con sus principales ministros y el titular del Partido de los Trabajadores (PT), Ricardo Berzoini, quien esta noche fue reemplazado por Marco Aurelio García, asesor de Lula para Asuntos Internacionales y vicepresidente primero del PT.
Berzoini, ex ministro de Trabajo de Lula y actual jefe de la campaña electoral, resistió todo lo que pudo, pero tuvo que ceder su puesto debido al escándalo de las carpetas armadas contra candidatos de la oposición a las elecciones del 1 de octubre. Es un caso que tiene un fuerte parecido de familia con la carpeta con datos del diputado argentino opositor, Juan José Álvarez.
Hoy renunciaron otros tres “petistas”: Jorge Lorenzetti, amigo presidencial, ex dirigente metalúrgico y asador oficial de Lula además de encargado de espiar a los rivales; Expedito Afonso Veloso, uno de los directores del estatal Banco do Brasil, el principal banco del país, y Hamilton Lacerda, portavoz del candidato a la gobernación de San Pablo, Aloizio Mercadante.
En su carta de renuncia, Lacerda admitió que había acercado a periodistas de la revista IstoE una carpeta con presuntos datos para involucrar al principal rival de su jefe, José Serra, en un hecho de corrupción. IstoE publicó ese artículo el último fin de semana. Lacerda sostuvo que Lorenzetti, un hombre clave en el comando de campaña para la reelección de Lula, le había acercado esa carpeta.
Veloso, el del Banco do Brasil, renunció cuando trascendió que había estado involucrado en la operación.
El ahora ex jefe de campaña Ricardo Berzoini, uno de los “jóvenes brillantes” del lulismo, tuvo que admitir esta mañana que estaba al tanto de la reunión de los operadores petistas con los periodistas de IstoE, aunque aseguró que no sabía nada del “contenido” del encuentro.
Todo empezó el viernes, cuando fueron detenidos dos dirigentes petistas en un hotel de San Pablo con el equivalente a más de 800 mil dólares destinados a comprar datos sobre rivales.
El martes, había renunciado el asesor especial todo terreno de Lula, Freud Godoy, acusado por uno de los detenidos de haber acercado ese dinero. Godoy niega eso.
La ola de renuncias se debería a que la Policía Federal ya habría detectado de qué cuentas bancarias salió ese dinero, según la prensa brasileña: sucede que los billetes son flamantes, con número de serie corridos y estaban envueltos en fajos con los nombres de tres bancos brasileños.
(*) Editor de Internacionales del Diario PERFIL y autor del libro “Lula, la izquierda al diván”.