afp/dpa/ap desde Caracas
Grupos de estudiantes opuestos al gobierno venezolano comenzaron a congregarse ayer en una nueva jornada de protesta, mientras sectores oficialistas preparan una marcha “contra el fascismo” para hoy.
Miguel Rodríguez Torres, ministro de Interior, Justicia y Paz, anunció que se tomarán “las medidas necesarias para garantizar el libre tránsito” en Caracas. El gobierno venezolano busca evitar que se repitan los episodios del jueves, cuando una masiva movilización estudiantil contra la administración de Nicolás Maduro fue reprimida por comandos civiles armados y terminó con tres muertos y cientos de heridos.
Según informó la Agencia Venezolana de Noticias, miles de agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) serán desplegados por las principales vías de circulación de la capital del país durante este fin de semana. Por otro lado, Maduro encabezará el acto de lanzamiento del Plan de Pacificación Nacional, con el que promete combatir el aumento sostenido de la criminalidad, aunque también podría servir para reprimir las protestas.
Uno de los ejes del plan es el desarme de la población. “Aquí nadie puede tener ni fusiles ni pistolas. Al que crea que lo puede tener, le vamos a llegar con todo. No acepto reto contra el Estado, instituciones ni a la sociedad, ya basta”, había apuntado Maduro esta semana. El interrogante es si el desarme incluye a las organizaciones partidarias del gobierno, como los Tupamaros, señalados como los responsables de disparar contra la multitud en la movilización del jueves.
Caracas fue escenario el miércoles de la mayor protesta contra el presidente Nicolás Maduro, quien asumió hace diez meses tras la muerte de Hugo Chávez, con incidentes que dejaron tres muertos, decenas de heridos y un centenar de detenidos. Además de balaceras aisladas y enfrentamientos a pedradas, grupos de manifestantes quemaron neumáticos, atacaron la sede del Ministerio Público en Caracas e incendiaron varios carros de los cuerpos policiales, tras lo cual fueron reprimidos por las fuerzas de seguridad con bombas lacrimógenas.
El titular de la Federación de Centros Universitarios de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Juan Requesens, convocó ayer por redes sociales a Plaza Altamira, en el este de la ciudad y sitio habitual de protestas antichavistas, para “levantar la voz de protesta” y pedir la liberación de presos.
En diálogo con periodistas Requens reconoció que ya fue liberados el 60% del centenar de estudiantes, y confió en que siga el proceso en las próximas horas.
La táctica de protestas para pedir la salida de Maduro, impulsada por un sector de la oposición, ha sido calificada como golpista por el gobierno. También genera reticencias entre drigentes de la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD), entre ellos su líder y excandidato presidencial Henrique Capriles. “Vamos a canalizar el descontento, pero yo no les voy a mentir, las condiciones no están dadas para presionar la salida del gobierno”, declaró Capriles el jueves.
Duras críticas de la OEA
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, pidió al gobierno venezolano que inicie una investigación “veraz” sobre los hechos de violencia que dejaron tres muertos en ese país el miércoles y llamó a evitar nuevas confrontaciones.
Insulza solicitó a las autoridades venezolanas realizar una pesquisa “veraz, objetiva y transparente, que determine la responsabilidad de las muertes y los heridos, de acuerdo con las leyes”, según un comunicado de la OEA.
Por otra parte, el Departamento de Estado norteamericano pidió ayer al gobierno de Nicolás Maduro que respete las libertades de expresión y reunión, al tiempo que llamó al diálogo en Venezuela tras la violencia que se saldó el miércoles con la muerte de dos estudiantes y un militante, además de un número de heridos de bala que fuentes independiente estiman en un centenar.