La canciller alemana Ángela Merkel junto con los presidentes François Hollande y Mariano Rajoy arribaron a la localidad de Seyne-les-Alpes, en Alta Provenza, lugar donde se estrelló un avión con 150 personas a bordo. Las autoridades presentes los pusieron al tanto de las tareas que se realizan, mientras se busca recuperar lo antes posible los cuerpos para que sean devueltos a sus familias. Las malas condiciones climáticas causadas por los fuertes vientos complican la labor de los rescatistas.
Representantes de bomberos, rescatistas especializados en montaña y gendarmería francesa, recibieron a la comitiva de políticos para brindarles precisiones acerca de las actividades que hacen en estos momentos en el lugar con el único fin de rescatar la totalidad de los cadáveres correspondientes a los pasajeros del vuelo.
Dada la intensidad del viento en el lugar, se dificultan las tareas de búsqueda de las que participan alrededor de 600 personas. Por su parte, la compañia Airbus envió una comitiva de 10 expertos para trabajar en el lugar y determinar las causas del siniestro. Ayer se encontró una de las dos cajas negras pertenecientes a la aeronave.
El avión de la compañía alemana Germanwings realizaba el trayecto entre Barcelona y Dusseldorf y se estrelló en Alpes franceses. El presidente francés, François Hollande fue la primera autoridad en confirmar que no hubo sobrevivientes. Los restos del Airbus A320 fueron localizados a 2.000 metros de altitud.