La canciller alemana Angela Merkel rompió lanzas con Donald Trump, tras una amarga cumbre del G7 en la que no acordaron combatir el cambio climático ni cómo se financiará la OTAN, ni mostraron sintonía comercial. Por eso, la dirigente advirtió que Europa ya no puede confiar en terceros, en alusión a Estados Unidos. Así, puso en tela de juicio la alianza transatlántica fundada tras la Segunda Guerra Mundial y no sólo explicó su pésima relación con el líder republicano, sino que también dio el puntapié inicial a la campaña legislativa, que plebiscitará el 24 de septiembre su permanencia en el poder.
“Los europeos tenemos que tomar el destino en nuestras manos”, disparó la canciller en un acto de la Unión Demócrata Cristiana. Y las especulaciones empezaron: ¿lo dijo como parte de una estrategia electoral, o su relación con la Casa Blanca llegó a un punto sin retorno? Sea como sea, Trump le respondió inmediatamente y ahondó aún más la grieta: “Tenemos un déficit comercial enorme con Alemania, además de que ellos pagan mucho menos de lo que deberían en la OTAN. Muy malo para Estados Unidos. Esto va a cambiar”.
El choque entre Berlín y Washington puso de relieve la creciente divergencia entre Europa y Estados Unidos en seguridad, comercio exterior y cambio climático. La mayor economía de la Unión Europea (UE) expresó su preocupación por la reticencia de Trump a financiar a la OTAN, su defensa del proteccionismo comercial y la salida del Acuerdo de París.
Urnas. Detrás de la inusual crítica de Merkel –que construyó su carrera política sin lanzar fuegos de artificio– se esconde la necesidad de levantar el perfil y ocupar el centro del ring electoral en Alemania. Los socialdemócratas de Martin Schultz
habían lanzado dardos contra Trump y Merkel intentó quitarles el monopolio de ese argumento. “Durante muchos años reinó un alto consenso interpartidario en Alemania en lo concerniente a la política exterior. Sin embargo, cuanto más activo y protagónico se vuelve el rol de Alemania en Europa y en el mundo, más probable se vuelve el disenso en torno a ese rol”, explicó a PERFIL Claudia Zilla, directora del Departamento Las Américas del Instituto Alemán para la Política Internacional y de Seguridad.
La canciller alemana buscó dar el golpe y presentarse como la principal defensora del continente frente a Trump, rol que ejerce junto al presidente francés Emmanuel Macron. “La intervención de Merkel fue el más claro indicio de que la política exterior y el futuro de la Unión Europea serán vitales en la campaña”, indicó Der Spiegel. Veterana de mil batallas, la canciller sabe que si no endurece su discurso frente al magnate norteamericano, una porción del electorado podría optar por Schultz u otros
candidatos, que acuerden una alianza y la desalojen del poder.