México – La Asamblea Legislativa de Ciudad de México aprobó la despenalización del aborto. La votación, claramente reñida, fue dominada por la izquierda, en un clima de crispación social por el intenso debate que generó, ante la oposición de la derecha y la iglesia Católica, apoyada explícitamente por el Papa Benedicto XVI.
Sin embargo, y pese a las protestas de los grupos y partidos conservadores que preparan un recurso de inconstitucionalidad para impedir su entrada en vigor, con 46 votos a favor y sólo 19 en contra y una abstención, se avaló hoy la reforma del Código Penal por el que las mujeres podrán decidir sobre sus propios cuerpos.
La nueva ley dispone que las mujeres podrán determinar la interrupción del embarazo durante las primeras doce semanas de gestación y reduce las penas a las mujeres que aborten después de ese plazo.
La entrada en vigor de la flamante norma deberá ser promulgada ahora por el alcalde local, Marcelo Ebrard.
De ser promulgadas las modificaciones, la ciudad de México se sumaría a Cuba, Guyana y Puerto Rico como los únicos lugares en América Latina y el Caribe en permitir el aborto. Las reformas fueron aprobadas en lo general y se dio paso a una discusión en lo particular, es decir, a una revisión específica de cada artículo modificado.
Un extenso vallado mantenía cerrados esta tarde los accesos a la sede del parlamento capitalino, ubicada en el centro histórico, donde cientos de policías estaban apostados para evitar incidentes entre manifestantes de ambos sectores antes de que se iniciara el dabate legislativo.
La posible no penalización del aborto en una de las ciudades más pobladas del mundo, con 9 millones de habitantes, generó una fuerte preocupación en la Iglesia Católica mexicana y al más alto nivel en el Vaticano.
El Papa Benedicto XVI apoyó la cruzada de la Iglesia local al señalar en una carta difundida la semana pasada que se une a los religiosos mexicanos "así como a tantas personas de buena voluntad preocupadas por la intención de aprobar" la despenalización del aborto.
Los activistas católicos, que en los últimos días protagonizaron varias manifestaciones contra el aborto, intentaron frenar a última hora la reforma, al presentar 36 mil firmas para convocar un referéndum sobre el tema.
La tensión generada por la iniciativa se reflejó además en las amenazas de muerte y mensajes intimidatorios que recibieron varios legisladores favorables a la despenalización.
En la extensa y fuerte polémica han participado políticos, médicos, abogados, la iglesia Católica e incluso figuras populares como el actor Roberto Bolaños, conocido como "Chespirito", que protagonizó un anuncio contra el aborto.
La última intervención la tuvo el lunes la esposa del presidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, ambos católicos practicantes, que calificó la interrupción del embarazo como "el imperio del más fuerte sobre el débil, es negar el futuro, es quitarle retos al Estado y a la sociedad y no respetar al diferente".
El secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe del Vaticano, monseñor Angelo Mato, añadió más leña al fuego al afirmar que el aborto y la eutanasia son una forma de "terrorismo de rostro humano". Tras múltiples presiones sobre el gobierno de México para que frene los ataques de la Iglesia, el lunes el director de Asuntos Religiosos, Salvador Beltrán del Río, reconoció que hubo "manifestaciones fuertes" por parte de algún representante católico.
El PAN ha anunciado que, en caso de que finalmente se apruebe la reforma, intentará apelarla ante la Corte Suprema para que la declare inconstitucional, aunque para ello necesita una tercera parte de los votos.
La otra opción, sugerida por algunos senadores federales del PAN, es que el presidente Calderón, que pertenece a este partido, instruya al fiscal general para que recurra al máximo tribunal, pero el legislador del PRD Isaias Villa aseguró a la AFP que el dictamen había sido cabildeado en esta instancia.
“Hemos tenido contactos con la Corte, por eso fue el cambio del dictamen, para hacerlo menos vulnerable", dijo el diputado local en referencia a la modificación de la propuesta inicial, que proponía una quinta causal para permitir la interrupción del embarazo si éste afectaba "el proyecto de vida" de la mujer.