Ayer Brasil vivió un nuevo terremoto político cuando se acusó al presidente Michel Temer de haber aprobado un esquema de corrupción. Según una investigación del diario O'Globo el jefe de Estado fue grabado por un importante empresario dando su aval al pago de sobornos para comprar el silencio del expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, encarcelado en el marco de las investigaciones de corrupción en Petrobras.
Temer, de 76 años, negó tajantemente esas acusaciones, que podrían dificultarle aún más la tarea de obtener los votos necesarios en el Congreso para aprobar sus impopulares medidas de austeridad, con las que busca sacar al país de la peor recesión de su historia, y hasta podrían llevarlo a su destitución.
El diputado federal Alessandro Molon, del partido opositor Rede, presentó un pedido de impeachment de Temer que seguramente va a tener adhesiones de otros legisladores. Ahora, la solicitud de juicio político debe ser aprobada por el presidente de la cámara de Diputados, Rodrigo Maia.
Según Molon, los dueños de JBS abrieron "el acto final de una bomba atómica que va a explotar en el país". "La delación premiada que hicieron tiene un poder de destrucción igual o mayor a la de Odebrecht", agregó, en referencia a las delaciones de 77 exejecutivos de esa constructora, una de las grandes implicadas de la Operación Lava Jato que investiga la red de sobornos en Petrobras.
Numerosos brasileños en Brasilia, Sao Paulo y Rio de Janeiro salieron a las calles por la noche o se manifestaron golpeando cacerolas o con bocinazos contra el mandatario, al tiempo que varias voces en el Congreso pidieron su renuncia. También reclamaron elecciones directas, para evitar que el Congreso, integrado por varios legisladores sospechosos de corrupción, decidan el nombre de quien complete el mandato de Rousseff, que debía gobernar hasta fines de 2018.
A fines de agosto del año pasado, Temer asumió la presidencia de Brasil luego de que Dilma Rousseff fuera destituida en juicio político entre otras razones por el escándalo de sobornos en Petrobras y acusaciones de que la campaña de reelección presidencial en 2014 recibió dinero desviado de la petrolera estatal y de grandes obras públicas.