Cientos de miles de jóvenes y adultos colmaron ayer las calles de Washington y otras ciudades de los Estados Unidos para reclamar medidas de control al acceso de armas de fuego, en una de las manifestaciones más multitudinarias desde la Guerra de Vietnam. Los organizadores de March for our lives (Marcha por nuestras vidas), entre los que estaban sobrevivientes de la masacre de Parkland, llamaron a prohibir los fusiles semiautomáticos y vigilar los antecedentes de los compradores de armas.
Fueron alrededor de 800 protestas en el país y el extranjero. Entre ellas, la de Washington, concentrada en la avenida Pennsylvania, que une la Casa Blanca y el Capitolio, fue la principal. El simbolismo no podía ser más poderoso: los jóvenes instando a sus representantes a protegerlos de los periódicos tiroteos que dejan 30 mil muertos al año en Estados Unidos. El blanco de las críticas fue la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA), que suele apoyar con millonarias donaciones las campañas políticas de los candidatos republicanos.
Los oradores más ovacionados fueron los estudiantes de la escuela de Parkland, Florida, donde 17 personas fueron asesinadas a balazos por un ex alumno, Nikolas Cruz. “Súmense a nosotros o preocúpense, porque los electores van a hablar”, dijo Cameron Kasky, sobreviviente de esa matanza. Su compañero David Hogg instó a los manifestantes a “cambiar este mundo”.
“¿Cuántos más deben morir?”, rezaban las pancartas en Washington. “¿Seré yo la próxima?”, se preguntaba una joven en medio de la multitud. “Protejan a los jóvenes, no a las armas”, era otra consigna en la Avenida Pennsylvania.
Políticos. Sin embargo, la ira de los manifestantes se enfocó fundamentalmente en la clase política, incapaz de articular una respuesta efectiva a la generalizada violencia con armas de fuego. “¡Estoy cansada! No quiero más que los políticos dediquen sus ‘pensamientos y oraciones’ a esta tragedia. ¡Queremos acciones! ¡Queremos que hagan algo! ¡Ya basta!”, dijo la estudiante Rose Gomez, de 17 años, quien se sumó a la marcha acompañada por su familia. Otros manifestantes pidieron reformar la Segunda Enmienda de la Constitución, que consagra el derecho a portar armas de fuego.
Las marchas contaron con el apoyo de celebridades. La cantante Miley Cyrus subió al escenario con un cartel que pedía “Nunca Más”. En tanto, el actor George Clooney donó medio millón de dólares.