Hosni Mubarak, presidente de Egipto, no renunció el sábado como jefe del Partido Nacional Demócrata (PND), que gobierna al país, según desmintió la televisión local. Previamente, la agencia AFP informó que había dimitido el comité ejecutivo del partido, según lo difundido por la televisión estatal.
Las versiones circulaban 12 días después de las primeras manfiestaciones multitudinarias en su contra que desataron la crisis que dejó alrededor de 300 muertos, pone en jaque a su gobierno y podría forzar su exilio a Londres.
Esta semana el presidente jaqueado comentó a una cadena de TV norteamericana que está cansado y que no deja su cargo porque tiene miedo que el país se “transforme en un caos si se retira antes de tiempo”.
Previamente, Mubarak ya reemplazó a su vicepresidente, primer ministro y a todo el gabinete, y había prometido que no se presentará a las próximas elecciones. Sin embargo, el viernes unos dos millones de egipcios seguían exigiendo su renuncia en manifestaciones que en la plaza principal de El Cairo pasaron del rezo a la violencia.