En un país como Arabia Saudita, donde la Monarquía es el pilar fundamental en el plano político, religioso, económico y militar, las cuestiones sucesorias son determinantes y trascendentales para la estabilidad nacional. Por eso golpea ahora la noticia de la muerte del príncipe heredero Sultan, de 87 años, sucedida después de la medianoche del viernes en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, donde se encontraba bajo tratamiento médico.
La noticia fue difundida por la cadena Al-Arabiyya TV a través de su cuenta de Twitter, y confirmada por el príncipe Abdallah bin Mosaad, miembro del Leal Consejo saudita. El anuncio oficial fue dado más tarde por la Corte: "Con gran pena y tristeza el Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas, Rey Abdallah bin Abdulaziz llora la muerte de su hermano y Príncipe Heredero Sultan, que falleció en la madrugada de este sábado, fuera de su reino y tras una larga enfermedad". Asimismo, la Casa Real saudí anunció que este sábado se celebrará una oración en su recuerdo en la mezquita del imán Turki bin Abdallah en Riad.
Sultan bin Abdulaziz Al-Saud, hermano del rey Abdallah, era desde 2005 el heredero del principal país exportador de petróleo del Planeta, y el aliado más incondicional que Occidente tiene en Oriente Medio. Además, ostentaba el cargo de Ministro de Defensa y Aviación. Nacido en 1928, según su biografía oficial, fue el 15º de los casi 80 hijos del rey Abdulaziz y de la hermosa princesa Hassa bint Al-Sudayri.
Su fallecimiento llega en un momento delicado, debido a la seria inestabilidad política que se vive desde hace meses en el mundo árabe, y en un país que debió tomar medidas increíbles para no tener que hacer frente a las revueltas sociales que derrumbaron gobiernos vecinos. Además, ocurre apenas cinco días después de que su hermano, el rey, viajara a los EE.UU. para ser operado de la columna vertebral.
El año pasado, cuando el rey Abdallah fue operado por una hernia de disco, el Sultan debió retornar a su país para hacerse cargo de las riendas del poder, pero fue difícil simular normalidad. Él mismo se encontraba internado en una clínica de Marruecos, y su salud fue siempre (desde su nombramiento como heredero) mucho más frágil que la del rey. Ya en 2009 un cable diplomático estadounidense difundido por WikiLeaks sostenía que Abdallah estaba "incapacitado a todos los efectos".
En julio, Sultan fue operado en Nueva York, aunque no se revelaron nunca los motivos. Sin embargo, los analistas y diplomáticos del mundo árabe afirmaron que se trató de una operación relacionada con un cáncer de colon que padecía el heredero.
El complicado panorama sucesorio entre los hijos de Saud
La tradición de Arabia Saudita indica que en el trono deben sucederse los hijos del rey Abdulaziz, fundador del reino (1932-1953), pero los pocos hijos que sobreviven no bajan de los 60 años, por lo que la línea sucesoria está prácticamente plagada de príncipes ancianos y, en su mayoría, enfermos. Desde 1953, cinco de los 77 hijos del rey Abdulaziz reinaron en Arabia: Saud, Faisal, Jalid, Fahd y el actual rey Abdallah. El siguiente en la línea sucesoria, si se sigue la norma tradicional, sería ahora el ultraconservador príncipe Nayif -hermano de Sultan y ministro del Interior- quien se encuentra bajo tratamiento médico no especificado desde hace casi dos años. Según medios internacionales, el príncipe Nayif, el "número tres" del Estado y poderoso ministro del Interior es un gran aliado del clero wahabí -el más radical del ala suní del Islam-, y no oculta sus reticencias hacia Estados Unidos. Sólo le une con Washington su hostilidad hacia los chiíes que gobiernan Irán.
Sin embargo, el encargado de decidir quién ocupará el lugar de Sultan será el "Leal Consejo", creado por el rey Abdallah y formado por sus hermanos y sus sobrinos varones, para aplacar las luchas familiares. Ocho mil príncipes, todos de la Casa Saud, y que ocupan estratégicamente los puestos de influencia en el reino (con sueldos de unos 100.000 dólares mensuales), deberán ponerse de acuerdo para nombrar heredero, una tarea muy complicada.
Se tendrá preferencia entre la veintena de hermanos de Abdallah, entre los cuales destaca Salman, gobernador de Riad, pero existe una segunda generación que pisa fuerte, tanto en popularidad como en puestos de estrategia en el gobierno. Sólo entre los hijos de los reyes Faisal y Fahd, y de los príncipes Sultan y Salman destacan una docena de príncipes bien educados, cosmopolitas y experimentados en el desempeño de responsabilidades públicas, civiles o militares del Reino, todos los cuales eran teóricos candidatos a la sucesión de su tío Abdallah cuando llegara el momento.
En primer lugar está el príncipe Mohammed, hijo de Nayif, y Viceministro del Interior, aunque ciertas sospechas sobre vínculos con Al-Qaeda le hicieron caer en desgracia. El príncipe Jalid, de 69 -hijo del fallecido Sultan- ocupa el viceministerio de Defensa, dirigió las fuerzas árabes en la guerra de 1991 contra Sadam y es propietario del influyente diario «Al-Hayat».
Por último se encuentra el príncipe Mitaab (de 57 años), hijo del rey, poderoso jefe de la Guardia Nacional, el cuerpo de élite cuya misión es custodiar al rey y a los más altos mandos del Estado. Por otro lado, en 2001 se acrecentaron los rumores de que el rey Abdallah ya tenía decidido que Sultan nunca sería rey y que estaba trazando un plan para promover al primer puesto en la línea sucesoria a un sobrino muy joven, el príncipe Abdulaziz, de 31 años, hijo predilecto del rey Fahd y ministro de Estado.
(*) especial para Perfil.com