La mujer más alta del mundo, la estadounidense Sandy Allen, falleció ayer en la residencia en la que vivía por causas naturales, según informo personal que estaba junto a ella en la casa.
Sandy Allen, de 53 años, que llegó a medir de 2,32 metros, murió el miércoles en su domicilio de Heritage House Convalescent Center de Shelbyville, en la ciudad de Indiana, en Estados Unidos.
Según una vocera del centro, "la salud (de Allen) fue deteriorándose en los últimos años y murió por causas naturales". Esta estadounidense estaba considerada por el Libro Guinness de Récords como la mujer más alta del mundo. A los diez años Allen medía ya casi 1,84 metros, y a los 16 superaba los 2,13 metros, según el diario Indianapolis Star.
Se cree que su crecimiento anormal se debió a un tumor en la glándula pituitaria. El tumor le fue extirpado cuando Allen contaba la veintena, pero la mujer siguió viéndose afectada por toda una serie de problemas de salud relacionados con su altura, como circulación sanguínea pobre, o músculos de las piernas débiles, que la mantuvieron en una silla de ruedas sus últimos años de vida.
Pese a que su espectacular estatura les dio fama a ella y al pueblo de Shelbyville, también la llevó a la desesperación personal, sobre todo durante la adolescencia cuando, según Allen, su altura supuso un impedimento para relacionarse.
El diario citó una carta que supuestamente Allen escribió al Libro Guinness de los Récords en 1974, en la que decía: "Me gustaría llegar a conocer a alguien que tenga aproximadamente mi estatura. No hace falta decir que mi vida social es prácticamente nula, y quizás la publicidad derivada de su libro pueda iluminar mi vida".
Fuente: AFP