Pablo Mario Stuto había viajado a Buenos Aires para conocer a su nieto recién nacido y visitar a sus hijas, Betiana y María Paola. Para volver a Sicilia, donde ahora residía, tenía un viaje largo, con escalas en Madrid y Roma. Prometió a sus hijas que iba a avisar cuando llegara. Pero nunca llegó: murió de un infarto cuando aún estaba en territorio español.
Stuto, de 62 años, falleció el 27 de abril a las 7.30 en el aeropuerto de Barajas, Madrid, poco antes de abordar el vuelo 3676, informó el sitio de noticias español 20 Minutos . Pero las personas encargadas de informar la triste noticia a la prensa, se olvidaron de contactar a su familia.
"Hablaba con él todos los días y me extrañaba que no llamara", explicó Betiana, embarazada de gemelos, a 20 Minutos. "Tenía el móvil apagado, así que nos pusimos en contacto con su novia, con los jefes del bar en el que trabajaba, pero nadie conocía su paradero", agregó.
Las hijas pasaron "nueve días de agonía permanente" en busca de su padre, sin noticia alguna. Llamaron a los aeropuertos argentinos, a Iberia, la empresa con la que viajaba Stuto, y les decían que el pasajero había llegado a destino. Ante la falta de información, denunciaron su desaparición ante las autoridades españolas, argentinas e italianas. La policía italiana entró a su domicilio, sólo para descubrir que nunca había llegado.
"Era como si se lo hubiese tragado la tierra", afirmó Betiana. Finalmente, el consulado italiano, le confirmó la trágica noticia el pasado 6 de mayo: su padre había fallecido y su cuerpo permanecía en el Anatómico Forense, a donde sería donado en breve ya que nadie lo había reclamado.
"Nuestra prioridad ahora es recuperar el cuerpo, pero nos piden 4.000 euros para sacarlo del Anatómico Forense porque al transcurrir tanto tiempo hay que hacerle un tratamiento especial", explicó Betiana a 20 Minutos.