Crónica del miedo. “La situación recuerda a una película que se titulaba De eso no se habla, una de las últimas en las que actuó Marcello Mastroianni, sobre una mujer enana, de familia pudiente, y nadie podía decir que era “pequeña”. La gente se cruza en la calle y ni una palabra del “elefante blanco” que hay en medio del salón”, profundiza en uno de sus artículos.
A eso, sumó una cantidad de testimonios visuales. Fotos de una ciudad tan impactada como llena de incertidumbre.
Apenas conocida la noticia, también escribió “#Cuba Cuando amanece Nauta email colapsa y no sé si pueda seguir tuiteando a ciegas, pero trataré de narrar lo que pasa”.
Más tarde, siguió sumando datos: “Esta es una mañana de sábado extrañamente tranquila. Los barrios no turísticos están extrañamente vacíos. No hay ancianos revendiendo cigarros, gente haciendo la cola para el periódico, comadres hablando en la esquina, niños correteando por la acera. Es como si hubiera un acuerdo tácito de recogerse dentro de la casa hasta ver qué pasa.
También en las redes de Yoani aparecieron los diferentes anuncios: los días de duelo, cómo serán las ceremonias, las respuestas de la gente no involucrada en la política a la sorpresa, la paradójica sorpresa, ya que era una noticia relativamente esperada.
En 14 y medio también estuvo el testimonio de un disidente: Ramón Saúl Sánchez, líder de la organización del exilio cubano Movimiento Democracia, lamentó hoy que la muerte de un “tirano”, como definió a Fidel Castro, no vaya a significar “la libertad del pueblo de Cuba”.
“Quisiera poder decirte que la muerte del tirano es la libertad del pueblo”, pero en el caso de Cuba no es así “porque ellos (los Castro) manejaron muy bien la sucesión”.
Una de las demostraciones del duelo nacional fue la prohibición de vender alcohol. Otra la escribió Sánchez: #Cuba Un país de silencios el de este sábado.