A horas de que el presidente israelí Shimon Peres deba confirmar quién será el nuevo Primer Ministro, está claro que Benjamin Netanyahu del partido Likud parece ser el que más apoyo político ha logrado. Avigdor Lieberman, quien fuera el tercer candidato elegido y fuera puesto casi como árbitro, ha decidido apoyarlo.
Por su parte, la canciller Tzipi Livni, líder del opositor Kadima, por más que lideró la elección, no ha logrado el apoyo de los otros partidos necesarios para armar una coalición de gobierno. Ella ha dicho claro hoy en un mensaje a sus seguidores que ahora se pasaría a la oposición y que no va a integrar un gobierno de derecha que quiere formar el Likud. “Han formado una coalición de derecha, nada tenemos que hacer ahí”, dijo.
De todas formas, Shimon Peres quiere que los tres líderes compartan gobierno. Al respecto mañana los llamará a una reunión. También Estados Unidos, a través de terceros, les ha hecho llegar su interés en un gobierno compuesto por ambos líderes, ya que teme que un gobierno de derecha pueda paralizar los acuerdos de paz con el mundo árabe.
Pero Lieberman ha condicionado su apoyo a Netanyahu a que el nuevo gobierno incluya a varios partidos, incluido al rival Kadima. De todas formas, Lieberman prefiere que sea “Bibi” Netanyahu el nuevo Primer Ministro que coordine los futuros pasos de la nación israelí.
Para algunos, la no inclusión de Livni y el Kadima en el gabinete de Netanyahu, podrían dar base a un gobierno debilitado. Inclusive se hablaba de llamar de nuevo a elecciones prontamente. Shimon Peres está en estas horas tratando de llegar a un acuerdo final, pero son muy antagónicas las figuras de Livni y Netanyahu, y aunque se pensaba en un gobierno paralelo o de rotación, la idea fue por ahora descartada.
Habrá que ver que surge de la reunión de mañana.