El 29 de agosto de 2005, el Superdome de Louisiana se colmaba de sureños desesperados que huyeron de sus casas por el terror que provocó el huracán Katrina y sin saber que el lugar podía transformarse en el peor remedio ante el desastre. A poco más de un año de aquella tragedia teñida de desidia gubernamental, el megaestadio abrirá nuevamente sus puertas totalmente renovado con un clásico deportivo y recitales de rock, mientras que en las zonas bajas de la ciudad todavía hay cuerpos sin vida que no fueron encontrados.
En una ciudad que aún no funciona al cien por ciento, donde los barrios más anegados todavía no fueron reconstruidos y desde que el agua bajó nadie se acercó por esas zonas, en un lugar donde miles de familias viven en trailers porque no pueden retornar a sus casas y otros miles ni siquiera pudieron volver del exilio forzado, las autoridades invirtieron 185 millones de dólares en reconstruir el estadio y mostrarlo como símbolo de la vuelta al mundo de New Orleáns luego del devastador huracán.
No todos se alegraron con la reconstrucción del estadio. Los trabajos en el lugar despertaron un debate que ya circulaba en otros ámbitos, y el reclamo de la parte de la población que sostiene que esos fondos destinados al Superdome se deberían haber utilizado para palear las deficiencias sociales que dejó Katrina.
''Sabemos que el Superdome quedó como un símbolo de la miseria'', destacó la gobernadora Kathleen Blanco en el diario El Nuevo Herald. ``Ahora será un símbolo de nuestra recuperación'', afirmó, sobre el espacio que albergó en las peores condiciones a más de 20 mil evacuados y en donde las escenas de violencia, la falta de recursos e incluso los asesinatos estuvieron a la orden del día durante los días post Katrina.
El Superdome reinagurará con un partido de fútbol américano de primer nivel entre el local Saints y los Falcons de Atlanta. Además, figuras locales entonarán el himno y los grupos Goo Goo Dolls, U2 y Green Day harán estallar el lugar.