INTERNACIONAL
El 66% de los franceses opina que es un fracaso

Nicolas Sarkozy, un ejemplo perfecto de cómo auto-destruir una imagen política en un año

Pocas cosas dejan tan en evidencia el cambio sarkoziano (Carla Bruni de por medio) como El alba de la tarde la noche, el libro-retrato del presidente publicado hace poco en Argentina.

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| Cedoc

A un año de haber sido elegido presidente de los franceses, a Nicolas Sarkozy le llegó el momento del balance. Y aunque al Gobierno le cueste reconocerlo, para la mayoría de los franceses el mandatario no pasó la prueba.

Son varios los sondeos que lo demuestran. Según una encuesta publicada la semana pasada  por el diario Libération , el 59 por ciento de los franceses opina que el primer año de Sarkozy al frente del país, que se cumplió la semana pasada, fue “un fracaso”.

Las conclusiones de otro sondeo, difundido por el Journal du Dimanche , son todavía peores: el 79 por ciento de los franceses opina que el hombre que se auto-calificó como el único capaz de devolver a Francia su etapa de gloria “no hizo nada para mejorar la situación del país y de sus ciudadanos”.

Pero quizás el peor de los diagnósticos fue el publicado por Le Parisien , según el cual la mayoría de los franceses opina que el mandatario rompió el récord de ser el presidente “que peor representó a la Francia de su era”.

Sólo el 56 por ciento de los franceses opina que Sarkozy representa bien al país, contra un 88 por ciento que juzgó positivamente la gestión de Charles de Gaulle y un 66 por ciento que consideró que su predecesor, Jacques Chirac, hizo un buen trabajo.

Hay algo de burla en la crítica que los franceses hacen de su jefe de Estado, quizás profundizada por la amplia difusión que se le dio a su romance con la ex modelo Carla Bruni, que hace que la imagen que proyecta hoy el mandatario diste bastante del perfil de hombre serio y valiente que Sarkozy transmitía un año atrás.

Un aporte importante a la construcción de la imagen del "Sarkozy super-hombre" lo hicieron quienes lo retrataban para los medios y, entre ellos, quizás nadie haya hecho más que la escritora Yazmina Reza, con su libro El alba, la tarde o la noche.

Publicado el año pasado en Francia y este año en la Argentina, la autora da cuenta del año en que siguió personalmente la candidatura del actual mandatario.

Criticada por obsecuente y por dejar entrever en sus líneas una admiración demasiado obvia por su objeto de estudio, Reza describe a un hombre fuerte, elocuente y seguro de sí mismo, que poco tiene que ver con el Sarkozy más torpe y mucho más humano que se desplegó ante los medios durante el último año.

Con afirmaciones que intentan parecer críticas pero que no suenan más que a expresiones de una mujer embelesada que intenta encontrar pequeños defectos en el objeto de su afecto, la descripción de Reza pierde seriedad.

Los pormenores sobre la intimidad del entonces candidato, que podrían haber sido el fuerte del libro, resultan payasescos en comparación con la embarazosa cantidad de detalles que publicaron los medios sobre la relación entre Sarkozy y la hoy primera dama Carla Bruni.

“Nos separamos (...). Se va al jardín con Big, el chihuahua del que se avergüenza”, escribe, por ejemplo, la autora en una de esas líneas con las que claramente pretende abrir una pequeña ventana a la privacidad de este hombre duro y omnipotente que retrata.

Mensajes de texto apasionados, luna de miel en un romántico resort egipcio y miradas enamoradas frente a miles de fotógrafos superan ampliamente los pequeños momentos de intimidad que Reza pretende hacer pasar como grandes revelaciones.

Un año atrás, Sarkozy era el hombre fuerte que podía devolverle a Francia la gloria perdida. Hoy, una nota de Liberation , titulada "Los más de Sarkozy”, se ríe del mandatario con una lista de sus peores traspiés:

- El más grande error: la reforma fiscal
- El más lindo milagro: la disminución del desempleo
- La más grande prueba de su inocencia: Ingrid Betancourt
- La más grande renuncia: el poder adquisitivo .

El tiempo pasa, y a veces con por ello los libros se vuelven casi obsoletos

* Redactora de Perfil.com.