INTERNACIONAL
Análisis

No todo el mundo está contra Rusia

Algunos países no pueden prescindir de recursos como el gas. Otros comparten miradas autocráticas. En América Latina, la simpatía hacia Vladimir Putin va contra los intereses nacionales, advierten especialistas.

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Sonrisas. El presidente ruso con Jair Bolsonaro, uno de sus amigos. | afp

A pesar de que una amplia mayoría de países, 141 en total, votaron a favor de una resolución de la ONU que condena la agresión de Rusia a Ucrania, un análisis de la Unidad de Inteligencia de The Economist indica que dos tercios de la población mundial vive en países que se han mantenido aliados a Rusia o han permanecido en silencio desde su invasión de Ucrania. Rusia ha perdido una cantidad significativa de apoyo en el extranjero. 

Aun así, no todos los países han denunciado a Rusia por su agresión; algunos han respaldado públicamente al ejército de Vladimir Putin. Otros han permanecido en silencio. Posiblemente el aliado más cercano de Putin, el presidente Aleksandr Lukashenko, ha permitido que los soldados rusos invadan territorio ucraniano desde Bielorrusia. Sin embargo, no todos los gobiernos prorrusos han sido tan directos. 

Algunos simplemente se negaron a votar en las resoluciones de la ONU o aumentaron silenciosamente su consumo de petróleo ruso. Entre los 141 que votaron a favor de la  resolución se encuentran países como Finlandia, Suiza y Suecia, que históricamente se han mantenido neutrales, así como Israel y los Emiratos Árabes Unidos. Juntos, los países que votaron a favor representan el 36% de la población mundial y más del 70% del PBI mundial, según la Unidad de Inteligencia de The Economist. Cuatro países se unieron a Rusia para votar en contra de la resolución: Siria, Bielorrusia, Corea del Norte y Eritrea; 35 países se abstuvieron de votar y doce no votaron, entre ellos Venezuela, a quien se le quitó el derecho al voto por no pagar las cuotas de membresía de la ONU. Los países miembros pueden votar a favor, en contra, abstenerse o no votar, lo que les da una gama de posibles posiciones políticas a tomar. “En América Latina, hay países que se han alineado claramente en condenar la invasión, la mayoría, pero otros parecen practicar lo que llama una ambigüedad calculada, que lo ves, por ejemplo, en la variación de voto en las Naciones Unidas cuando se condena la invasión y después cuando se expulsa a Rusia del Consejo de Seguridad y Derechos Humanos”, dice Armando Chaguaceda, un politólogo y doctor en Historia. “Hay países que cambian el voto de una abstención a una oposición. Obviamente tenemos el grupo de aliados más cercano, como Cuba, Nicaragua, Bolivia, pero incluso un poco México y Argentina, hay algunas personas con simpatías por el modelo ruso, por una visión antinorteamericana, pero que en términos diplomáticos no apoyan a Rusia de manera abierta”, agrega. 

Motivos. Hay una variedad de motivos por los cuales hay países que apoyan la invasión rusa. Siria reconoce el derecho de Rusia a pequeñas repúblicas en el este de Ucrania e Irán culpa a OTAN por provocar la agresión rusa. India se ha mantenido neutral mientras se beneficia de los precios reducidos del gas ruso. Sudáfrica afirmó que la resolución de la ONU no logró “crear un entorno propicio para la diplomacia”. Ana Soliz de Stange, investigadora postdoctoral y docente en la Universidad Helmut Schmidt de Alemania destaca varias razones que motivan a algunos países a apoyar a Rusia. La primera es pragmática: el acceso a los recursos. Los países que están más aislados, con menos acceso a los recursos occidentales, tienden a cooperar con potencias más grandes como Rusia y China. Soliz de Stange diferencia a estos países con aquellos que apoyan regímenes autocráticos y no se rigen por los principios democráticos. Los países con gobiernos autocráticos también carecen de la amenaza de la oposición ciudadana. “Y allí aparece la otra motivación, la que es una especie de identificación ‘solidaria’ con otros sistemas autocráticos”, dice la especialistas. “Por lo tanto son gobiernos que no recibirán un voto de castigo por parte de sus ciudadanos.”

Para Brasil, al igual que Argentina, Rusia es un proveedor crucial de fertilizantes nitrogenados. Esto, junto con su lealtad a los BRICS, de los que Brasil y Rusia son miembros, ha llevado a Jair Bolsonaro a criticar las sanciones occidentales a Rusia y a abstenerse de votar en la resolución de la ONU para sacar a Rusia del Consejo de Seguridad y Derechos Humanos. “Sin embargo, en el caso de los países latinoamericanos, es una clara contradicción a sus intereses nacionales”, explica Soliz de Stange. “Es contradictorio que no condenen el accionar de Rusia bajo el argumento de que tiene el derecho de actuar en su zona de influencia. Con esta decisión, están reconociendo automáticamente que el país poderoso tiene el derecho de invadir su zona de influencia, y por lo tanto llevado esto a Latinoamérica, estarían también reconociendo el derecho que tiene Estados Unidos sobre ellos mismos. Lo que es totalmente contradictorio e inaceptable”.