Era lógico pensar que luego del triunfo "arrollador" de Cristina Fernández de Kirchner, desde la Casa Blanca llegara un mensaje. Si bien los primeros indicios apuntaban a un "cálido y formal" saludo, se sabe que en las últimas horas internamente en Washington se discutía que hacer con Argentina y en especial con un gobierno tan popularmente establecido, con el cual la relación es tan fría.
El contacto a "Buenos Aires" partió desde el mismo ejecutivo norteamericano. El Departamento de Estado posiblemente quedó –al igual que la embajada argentina- sorprendidos con la movida del presidente norteamericano Barack Obama de "rápidamente rehabilitar a la Argentina", siguiendo el asesoramiento de su "especialista" en la región, Dan Restrepo.
Posiblemente el diálogo en la capital norteamericana haya sido éste: "¿Qué costos políticos tendremos frente al 2012 si nos reunimos con Cristina?". Reconsiderar la relación una vez más con un distante pero estratégico país latinoamericano que se ha "entrenado" para confrontar a Washington no es algo muy bien visto en el Norte.
"Entrevistarse con Cristina tiene costos" seguramente le informaron a Obama. Es que en el Congreso norteamericano, los republicanos durante los últimos meses continúan fogoneando todo tipo de medidas. No sólo Argentina tiene problemas en la reestructuración de su deuda sino que además se ha negado a "damnificar" rápidamente a empresas norteamericanas que le ganaron juicios comerciales en tribunales internacionales como el CIADI, arguyendo complicados enredos legales. Hay muchos lobbistas que siguen "pegándole" a la Argentina y seguirán por largo rato.
También se suma el incidente del avión en Ezeiza, hecho que por cierto es "un pastel" para los republicanos, que quieren reubicar a la Argentina sumándola a la línea de países parecidos a la doctrina del ALBA de Chávez, muchos en los cuales ni hay ya embajador norteamericano y a los que viven castigando a diario en los medios y en todo foro donde pueden.
Ante todo ese escenario, notablemente Obama se decidió por el encuentro directo y en persona. "Se la juega por Argentina" nos comentaba un analista político norteamericano agregando… "Se la juega por Cristina". No es errado pensar que si le sale mal, es posible que hasta se lo achaquen en la campaña electoral del 2012.
Dentro de ciertos límites –la reunión la hacen afuera de Washington-, seguramente la pantalla será felicitar a Cristina. Pero en rigor se cree le dirá "que Estados Unidos no quiere afectar a Argentina siempre y cuando Argentina no lo exponga a problemas". En otras palabras, quieren un alineamiento y se espera de la Argentina "otra actitud", por más que le pese al gobierno popular.
"No creo que Argentina sea el mejor aliado que en la región puede conseguir Estados Unidos, pero Argentina es un país al que no conviene tener enfrente" decía anoche un experto. Es que el canciller Timerman se ha destacado en muchos foros internacionales con iniciativas "progresistas" (como ser reformar la ONU) y Argentina no es un país "de bajo perfil". Muy por el contrario, últimamente –visto el caso de Palestina-, Argentina parece remover bien el avispero cuando una causa le parece justa. Obama intentará una vez más acercar "el bochín", pero seguramente él mismo no sabe que resultado tendrá y que reclamos políticos deberá pagar por la iniciativa.
(*) Especial para Perfil.com.
