El próximo sábado Hillary Clinton anunciaría la renuncia a la contienda demócrata y Barack Obama será proclamado oficialmente como candidato del partido a la presidencia estadounidense y comenzará una nueva carrera hacia la conquista de los 18 millones de votos que cosechó la senadora.
Pero, desde el búnker republicano, no pierden las esperanzas en lograr cautivar parte del electorado de Hillary que no se animaría a depositar su confianza en el senador por Illinois. Desde la campaña de McCain depositan sus fichas en las mujeres y los electores latinos que apostaron por Hillary y por un gran grupo de la clase trabajadora blanca.
Según publican diarios extranjeros, recientes encuestas de Gallup revelan que una cuarta parte del electorado de Hillary afirmó que votaría por el candidato republicano en caso de que Obama lograra la nominación.
“Con 3 de cada 10 simpatizantes de Clinton confesando que votarían por McCain antes que por Obama, la conclusión es que las divisiones siguen ahí en el seno del Partido Demócrata”, afirmó Gallup al asegurar que “el partido podría sufrir más daño si las divisiones persisten en la convención de agosto próximo” en Denver, Colorado.
Por su parte, Obama apuesta a la unificación del partido y no se descarta que convoque a Hillary como su vice echando por tierra toda especulación republicana.
Según trascendió, Obama y Clinton tuvieron una fugaz conversación, en la que él le ofreció verse "cuando y donde" ella desee.